El rector de la Universidad de Barcelona, Joan Tugores, es un cobarde. No sólo eso: además, es un cursi. Su lamentable carta abierta –"Elogio de la superioridad moral"– es una cursilada que no oculta el nazismo que Tugores lleva dentro y que, al parecer, tan buenos réditos le proporciona entre los nacionalistas. Tugores, considerando que la Universidad de la que es rector es un coto privado en el que puede desempeñar su totalitarismo con impunidad, ha prohibido a la profesora de la Universidad del País Vasco Gotzone Mora pronunciar una conferencia. Permitió, con la indecencia que le es habitual, que un grupo de nacionalistas tan bien comidos como enemigos de la libertad, insultaran en ese mismo recinto a Fernando Savater. Como en aquel caso, y a pesar de todo (y del nazi Tugores), las ideas fueron más capaces que los gritos, en esta ocasión ha prohibido la conferencia.
No contento con ello, trata de explicarlo. Si no hubiera detrás un ataque tan lamentable a las libertades, contemplar a un totalitario desnudar sus vergüenzas ideológicas en público no deja de tener su gracia. Lástima que Tugores sea tan cursi. El rector pretende equiparar ETA con los ciudadanos que, desde las organizaciones cívicas del País Vasco, la padecen y la combaten. Se permite decir que presentan "una espeluznante y dramática simetría con las de quienes dicen combatir, contribuyendo a socavar así la esencial superioridad moral de las gentes de bien". ¡Superioridad moral! Tugores, después de desnudar su nazismo, quiere revestir sus bajezas con idioteces de este cariz.
La única verdad es que Tugores, el cobarde, insulta a los perseguidos por el terrorismo quiriendo garantizarse la impunidad. Y prohíbe la libertad de expresión para que le hagan carantoñas los grupos paramilitares, o casi, que campean por su degenerada Universidad. Y, escribiendo, es un cursi.
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