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El nuevo ministro español de Asuntos Exteriores es gran amigo de Arafat. No es de extrañar. Con él comparte la idea de que cualquier trola puede pasar por cierta dicha con facundia y jeta de acero, y, si no pasa, como si pasara. Él, a lo suyo, que es vender burras ciegas, y si cuela, cuela. Su viaje a los USA arroja varios titulares a cual más sorprendente: el principal, que la retirada de las tropas españolas de Irak es “cosa del pasado”, cuando aún no ha sucedido. El secundario, que nunca han estado mejor nuestras relaciones con los USA y que nunca hemos estado más dispuestos a ayudar a la democratización de Irak. Por eso salimos huyendo: para honrar ese compromiso. El ministro Moratinos no sólo produce vergüenza política por lo que hace sino auténtico bochorno intelectual por cómo lo cuenta y cómo se lo “compran” los periodistas. Parece la versión hispano-palestina de “La conjura de los necios”.
 
Pero por si fuera poco eso de que traicionar a los aliados en Irak es lo mejor que podía pasarles a los aliados (y en el futuro a nosotros),  Moratinos dice ahora que el nuevo tratado que España se ha mostrado dispuesta a suscribir para liquidar el de Niza que tanto nos favorecía va a ser mejor, muchísimo mejor para nuestros intereses. O sea, que Francia y Alemania dicen que hay que cargárselo porque otorga demasiado poder a España y Polonia. Se lo cargan y dice Moratinos que es para darle más poder a España. O este hombre es tan listo tan listo que nos tiene a todos por idiotas o es que a su lado Ignatius Reilly, el antihéroe de John Kennedy Toole, era una mezcla de Séneca y Petronio. Lo que sí hay que reconocerle a Moratinos es buena mano para vender exclusivas inverosímiles, contar conversaciones que no se pueden contrastar y dar versiones de las entrevistas que son más propias de Antoñita la Fantástica que de un político serio. No obstante, de lo que realmente ha pasado en su entrevista con Powell nos enteraremos por Aznar o, en su defecto, por Javier Solana. Quién le iba a decir al heraldo de Prisa cuando reinaba en Exteriores que estaba fabricando semejante monstruito. En el pecado llevará la penitencia. Y nosotros con él.

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