Edwin J. Feulner
Pídale a un conservador que le nombre fechas que han marcado hitos en la historia política y el 20 de enero de 1981 (la toma de posesión del presidente Reagan) estaría entre las primeras de la lista. También estarían el 9 de noviembre de 1989, el día que cayó el Muro de Berlín y el 25 de diciembre de 1991, cuando se disolvió formalmente la Unión Soviética. ¿Qué tal el 16 de febrero de 1973? Fue ese día, hace 35 años, cuando la Fundación Heritage abrió sus puertas por primera vez.
Incluir esta fecha puede parecer un acto de parcialidad ya que soy el presidente de la Fundación. Pero incluso la gente de fuera encuentra difícil negar la influencia de este "laboratorio de ideas". Pregúntele al New York Times que alguna vez nos llamó "una de las fábricas de ideas conservadoras más agresivas y disciplinadas". O a los investigadores académicos que seleccionaron recientemente a la Fundación Heritage como una de las 12 "Fuerzas del Bien" en el mundo de las organizaciones sin fines de lucro.
Por supuesto, un aniversario es un buen momento para reflexionar y celebrar los logros conseguidos, y para muchos la Fundación Heritage ha ayudado a impulsar el movimiento conservador.
Durante los años 70, por ejemplo, Estados Unidos estaba librando una larga Guerra Fría contra la Unión Soviética y parecía que la victoria distaba de ser cierta. Algunos americanos incluso llegaron a decir que un declive de poder era inevitable e irreversible. Pero la Heritage discrepaba. Publicamos Mandato para liderar explicando cómo reconstruir el poder militar y económico de Estados Unidos. El presidente Reagan lo leyó. Se lo dio a los miembros de su gabinete. Y lo puso en marcha. En menos de una década, cayó el Telón de Acero y los estados satélites reclamaron su libertad.
La defensa antimisiles, otro plan de acción defendido por la Heritage, va haciendo avances. Polonia acordó recientemente permitir que Estados Unidos coloque interceptores de misiles en su territorio. El ejército americano también ha llevado a cabo exitosas pruebas de interceptores sobre el Océano Pacífico y ha instalado armas defensivas en California y Alaska. El sistema aún no está completo. Pero ante un ataque de misiles, los americanos están hoy más seguros que nunca antes.
En el frente doméstico, tenemos la reforma del sistema de asistencia social. En 1996, Estados Unidos había estado inmerso durante 30 años en una fracasada "Guerra contra la Pobreza" A pesar de los billones de dólares gastados, el número de personas que vivía en la pobreza permanecía inalterable.
Los investigadores de la Fundación Heritage propusieron tomar un camino distinto: Premiar el esfuerzo, alentar a que las familias permanezcan juntas y poner un límite razonable a la cantidad de tiempo que la gente puede recibir ayuda pública. Estas reformas funcionaron. Millones de personas dejaron las listas de ayuda pública y consiguieron trabajo. Otros se inscribieron en programas de preparación o terminaron su educación.
El matrimonio también es crucial. Como el Centro de Datos para el Análisis de la Fundación Heritage demostró hace algunos años: "Por lo general, una subida del 10% en el índice de matrimonios en el grupo de madres solteras pobres reduciría la pobreza infantil en un 7% dentro de ese grupo". Pasar por el altar es más efectivo para reducir la pobreza que docenas de costosas iniciativas burocráticas.
Por supuesto, los conservadores hemos tenido que soportar reveses. Todavía estamos intentando reformar la Seguridad Social para que los trabajadores puedan ejercer control sobre sus propias inversiones. Y debemos arreglar el sistema de seguro médico para la gente de la tercera edad (Medicare) antes que se trague la mayor parte del presupuesto federal. Crear un libre mercado para el seguro médico sería un excelente primer paso.
Finalmente, debemos convencer a los legisladores para que recorten el gasto. El presupuesto federal está fuera de control y debemos tomar algunas decisiones difíciles hoy para que podamos pagar los programas de las "redes de seguridad social" más adelante. Eliminar las apropiaciones de fondos para sufragar proyectos de los legisladores en sus distritos sería un sólido paso adelante.
Cambiar el rumbo del país es como cambiar el rumbo de una nave: hay que girar el timón con fuerza, durante mucho tiempo, antes de que se vea cualquier cambio. La Fundación Heritage se dedica a hacer justamente eso. De hecho, nuestra misión oficial es "construir unos Estados Unidos donde crezcan la libertad, las oportunidades, la prosperidad y la sociedad civil". Y nuestra actual campaña Liderazgo para Estados Unidos nos está ayudando a alcanzar esa meta.
A principio de los años 80, el periódico soviético Pravda admitía que "en cuestión de apenas 10 años, la Fundación Heritage ha recorrido una distancia asombrosa". Eso ayuda a explicar por qué el Pravda original ya no está entre nosotros para desearnos un feliz 35º aniversario. Lástima, porque creemos que nuestros mejores momentos aún están por llegar.
©2008 The Heritage Foundation
* Traducido por Miryam Lindberg
Edwin J. Feulner es el presidente de la Fundación Heritage.
