Suena a tópico aquello de que la Liga acaba poniendo a cada uno en su sitio. Probablemente, además, lo es. Pero si uno analiza la temporada 2013/14, que ya toca a su fin, no resulta extraño ver algunas situaciones en la actual clasificación, a falta de dos jornadas para la conclusión.
Vengo manteniendo desde hace varios años que nuestra Liga BBVA tiene un pelotón de equipos, entre diez y doce según la temporada, que sufren muchísimo cuando tienen que jugar al fútbol. Me explico: ver a varios de los equipos de la zona baja llevar el peso de un partido, normalmente ante su afición, resulta poco menos que dramático. Déficit de creación y, como es lógico en equipos de la zona media o baja, déficit de gol. Esos equipos prefieren -y tanto que lo prefieren- jugar lejos de sus estadios, donde se encuentran mucho más cómodos sin nadie que les pite, esperando que sea el rival quien tenga que decidir qué hacer con el esférico, y quien normalmente impaciente a sus aficionados.
Por eso resulta reconfortante ver que, de los equipos que han coqueteado durante la temporada con la pérdida de la categoría, Rayo Vallecano y Celta de Vigo ya están muy lejos del peligro. Y es que tanto los de Paco Jémez como los de Luis Enrique son los únicos del furgón de cola que no han tenido miedo a jugar desde que esto arrancara allá por agosto. El Rayo, con todos los problemas en el arranque liguero, nunca dudó de la filosofía de su entrenador. Algunos ajustes defensivos y, claro, los refuerzos de invierno, hicieron el resto. Por su parte, la escuadra celtiña es otro equipo que juega exactamente igual allá donde vaya, con esa maravilla llamada Rafinha Alcántara como eje. Con la irregularidad propia de una plantilla limitada, el temporadón de los gallegos hace justicia a la propuesta de un equipo siempre valiente.
Cuando concluya esta jornada el lunes con el Real Sociedad-Granada, el descenso a la Liga Adelante será cosa de siete equipos: Betis (ya en Segunda), Valladolid, Osasuna, Getafe, Almería, Granada y Elche. No creo que sea inmerecido que cualquiera de ellos perdiera la categoría, pues han hecho méritos más que sobrados para ello. Quizá el que menos un Elche recién ascendido y que sí ha demostrado en ocasiones una propuesta algo más creativa, pero lejos queda aquel Javi Márquez que encadiló a todos en el Espanyol de Pochettino, y el equipo ilicitano tampoco ha sido precisamente un regalo para los ojos esta temporada. Su victoria en Málaga vale mucho oxígeno, pero le falta recibir al Barça y viajar a Sevilla, y debería sumar al menos un par de puntos para estar completamente tranquilo.
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El Granada de Lucas Alcaraz es posiblemente uno de los mejores ejemplos de la citada incomodidad para crear el más mínimo fútbol. Ante una grada exigente como si llevara treinta años en Primera como la del Nuevo Los Cármenes, el equipo andaluz ha sido incapaz de ganar un solo partido en el que empezara perdiendo, dato que refleja bien a las claras las dificultades para jugar al ataque de los de Alcaraz. Eso sí, cuando los rojiblancos se adelantan, como ante el Barcelona, no es ni mucho menos sencillo hincarles el diente. Defender, defender, defender, pero cuando el marcador se pone en contra... como si se acabara el mundo. Saben que una victoria ante Real Sociedad, Almería o Valladolid (ojo a esos dos duelos para cerrar la competición) casi les salva, pero la dinámica del equipo es bastante mala en las últimas semanas.
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Con dos remontadas agónicas, ante Espanyol y Betis, el Almería depende de sí mismo para obrar el milagro de la permanencia. Seguramente sea meritorio que hayan llegado vivos hasta el final, pues han sido siempre el principal favorito al descenso, pero el novel Francisco tuvo que poner tres centrales para darle empaque a un equipo que se desangraba a los dos meses iniciales de la Liga. Alegrías las justas para un equipo peligroso con espacios pero paupérrimo cuando ha de inventar, y en que su jugador más creativo, Suso, casi ha desaparecido en los últimos meses.
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Seguramente la plantilla de más calidad de las implicados sea la del Getafe. Su temporada de locos, sólo mejorada por el Betis, le hace más que merecedor del puesto que ocupa, si bien su dinámica positiva y un calendario propicio (Sevilla en casa y Rayo fuera), hace pensar que los de Cosmin Contra sacarán la cabeza. Pero el sufrimiento será justo castigo para un equipo eternamente inapetente, con potencial para no sufrir nunca, o para pelear por Europa, y en el que la mayoría de sus futbolistas se acomodan y no demuestran lo mejor acomodados en sus opulentos contratos, con una falta de hambre desesperante. Casi cualquier jugar azulón podría responder a dicha definición.
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La mejor baza a la que se agarra el Osasuna de Javi Gracia es el calendario. Jugar ante un Espanyol desconectado y un Betis en Segunda puede ser su tabla de salvación, pero los pamplonicas llevan en barrena varias semanas. El efecto Gracia -tras sustituir el técnico navarro a Mendilibar- se diluyó pronto, y Osasuna no ha demostrado nada que haga considerar injusto su posible descenso. Con Oriol Riera con la pólvora mojada últimamente, y con un Sadar que no es ni de lejos lo que un día fue, no sorprende ver a los navarros sufriendo en la cola. Su fútbol no da para más, sencillamente.
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Por último, la temporada del Valladolid no ha sido mucho más tranquila. Como si todo el affaire Ebert le hubiera afectado toda la liga, los de JIM no se han parecido en nada al equipo que sí jugó un fútbol sensacional con Djukic hace un año. El ex técnico del Levante no ha dado con la tecla, y ver el bajón de rendimiento respecto a años previos del propio Ebert, ahora en Rusia, Omar u Óscar resulta cuanto menos llamativo. Ver un partido del Valladolid, en ocasiones, debería desgravar para la declaración de la renta. Si buscan diversión, váyanse a otro lado.
Ahora tocará apelar a la épica, a la implicación con la grada, a la testiculina. Esperemos que no a los maletines... Todo eso está muy bien, pero desde luego quien ha querido jugar al fútbol sin miedo a las repercusiones, a día de hoy está salvado. Que vivan los valientes.
Y del Betis mejor no hablar, ¿no?