Estamos ante una Copa del Mundo en la que España aporta una selección sencillamente espectacular, algo que para el público español puede no ser bueno. Una de las primeras cosas que aprendí al llegar a España es que aquí no existen las medias tintas, está el grupo que es muy optimista y el grupo de gente que está esperando que el equipo no dé el do de pecho para cargar las tintas sobre ellos. Las bajas de Estados Unidos (LeBron, Durant, Kobe) parece que obligan a ganar sí o sí a España, y a veces podemos caer en el riesgo de olvidarnos de que esto es un deporte.
El reto y compromiso del seleccionador Orenga es enorme. Ha sido internacional con España y ahora debe liderar a este equipo hacia el éxito. Por eso la presión es tremenda especialmente para él, toda vez que el núcleo duro de los jugadores ya hace tiempo que se liberó de esa presión. Pau Gasol, Juan Carlos Navarro y José Calderón son el "airbag" de la selección española, porque ejercen de líderes claros y ellos lidiarán bien con esa presión, pero todo el mundo va a estar mirando a Orenga.
En cuanto al resto, es posible que luchen por ser terceros si se cumplen los pronósticos, pero veo una Copa del Mundo muy igualada en la que podemos disfrutar mucho. Habrá que disfrutar de selecciones que trabajan para el futuro, como Senegal, Angola, Croacia, Eslovenia, o la misma Serbia de Sasha Djordjevic, que también es una aliciente, pues ha sido un ídolo para muchos de nosotros en España. Otros como Argentina, pese a la baja de Ginóbili, buscarán que su generación dorada concluya su ciclo con un gran logro. Por eso hemos de disfrutar de un buen baloncesto en estas dos semanas, y no sólo pensar en quién ganará o llegará a la final.
Finalmente, quisiera decir que me gusta la política de la organización de llevar las sedes a diferentes comunidades autónomas, para que toda España pueda sentirse implicada y disfrutar de esta Copa del Mundo, pero desde luego echo en falta y creo que habría sido bonito que una de esas sedes hubiera estado en Galicia.