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Santiago Navajas

ETA, Nobel de la Paz

Tras el comunicado en el que pide 'perdón', solo nos cabe esperar que ETA se convierta en una ONG: Etarras sin Fronteras.

Llevarán la ayuda humanitaria y el socialismo revolucionario a pueblos oprimidos. ¿Qué nación no ha tenido un Guernica? En su comunicado, ETA afirma:

De hecho, el sufrimiento imperaba antes de que naciera ETA, y ha continuado después de que ETA haya abandonado la lucha armada.

Lo que es absolutamente cierto, inobjetable e irrefutable. Desde la expulsión del Paraíso y hasta el día del Juicio Final, los humanos hemos venido a este valle de lágrimas a sufrir. Aunque algunos, como San Francisco de Asís, trataron de enjugar con sus lágrimas un poco de ese dolor, mientras que otros, como Josu Ternera, buscaron multiplicarlo con Goma-2 ECO. También sostiene ETA que hay "gente que dice" que ellos han sido "malos", pero que también hay "gente que dice" que igualmente "malos" han sido los que han perseguido sus crímenes. Y que lo que "diga la gente" es siempre respetable. Al fin y al cabo, ETA es una secta marxista-leninista y para Marx y Lenin la dialéctica materialista es relativista, en cuanto que defiende que todo conocimiento está condicionado histórica y sociológicamente.

Pero aunque todo sea respetable, en el fondo ETA defiende que la razón está de su parte porque su violencia hay que interpretarla... ¡en defensa propia! "Ojalá nada de eso hubiese ocurrido, ojalá la libertad y la paz hubiesen echado raíces en Euskal Herria hace mucho tiempo". Es decir, ETA defiende que el primero en pegar ha sido el "Estado español" (un continuo espacio-temporal que une a los imperialistas romanos con los constitucionalistas del 78, pasando por los Reyes Católicos y los cruzados franquistas), por lo que los "socialistas revolucionarios vascos" lo único que han hecho ha sido negarse a poner la otra mejilla y defenderse de la agresión "imperialista capitalista-españolista".

En resumen, piden perdón porque han sido vencidos, pero que nadie piense que se sienten derrotados o en el lado equivocado de la Historia. Su petición de perdón es puramente táctica, para seguir con su estrategia de minar el sistema democrático español, que detestan tanto por democrático como por español.

Si de verdad pidieran perdón, ya sin cursivas, harían lo que recomendó el falangista Eugenio Montes a su camarada Dionisio Ridruejo:

Cuando, como tú, se ha llevado a centenares de compatriotas a la muerte y, luego, se llega a la conclusión de que aquella lucha fue un error, no cabe dedicarse a fundar un partido político: si se es creyente, hay que hacerse cartujo y, si se es ateo, hay que pegarse un tiro.

Entre los etarras hay algunos que creyentes han devenido cartujos. Finalmente, la solicitud con que la Iglesia vasca ha tratado a estas ovejas descarriadas ha dado sus frutos. Por ejemplo, José Luis Álvarez Santacristina pasó de ser Txelis, uno de los dirigentes de la banda terrorista, a ser un santo varón: un teólogo reputado con una tesis doctoral sobre Paz y violencia en José María Setién e Ignacio Ellacuría (el título nos sugiere que el abandono de la violencia no implica que se renuncie a la sofística jesuítica). Txelis es punto y aparte, ya que no cabe duda de que su petición de perdón es auténtica, no como en el caso de los etarras ahora arrepentidos, más falsos que el máster de Cristina Cifuentes. Por cierto, el trabajo para la licenciatura en Teología de Txelis se titula Bienaventurados los no-violentos.../ Bienaventurados los artífices de la paz… Estudio exegético y teológico de las Bienaventuranzas pacificadoras. Si su petición de perdón no fuese verdadera, al menos hay que concederle que se ha currado que lo creamos.

Pero no es de esperar que sus excompañeros de bombas-lapa le sigan por el camino de la fe (más bien lo motejan de "zumbado religioso"). Tampoco que se apliquen un poco de su medicina y se hagan el harakiri como si fueran samuráis de cocochas. Al fin y al cabo, tampoco Ridruejo hizo caso a su colega falangista Montes y siguió siendo asiduo de los salones de Erato y del Pardo. Descartado el ejemplo salvífico de Txelis, y demasiado lejano en el tiempo y el espacio el del samurái del sushi Yukio Mishima, los terroristas seguirán el camino subvencionado de sus amigos catalanistas de Terra Lliure. Pronto los veremos poniendo urnas con el mismo ánimo con que antes pegaban tiros en la nuca: en nombre de la democracia popular. Si Stalin fue nominado al Nobel de la Paz (¡dos veces, 1945 y 1948!), ¿por qué no podría ETA ser nominada también, después de su comunicado del perdón? Junto con las FARC, Hezbolá, Hamás, el IRA y otros luchadores por la liberación nacional. Que lo recoja Otegui.

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