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Agapito Maestre

Golpe de Estado permanente

Es obvio que aquí ningún político paga por aceptar vivir en el golpe de Estado permanente: Rajoy disfruta de su Registro y Sánchez del Palacio de la Moncloa.

Aznar ha hecho una declaraciones extrañas. Rarísimas. Es como si hablara un político idealista que niega lo evidente. Sí, Aznar ha dicho que España "no puede estar en un golpe de Estado permanente con la complicidad del Gobierno". Creo que confunde sus deseos con la realidad. Mire, hombre, a su alrededor y comprobará el error de su apreciación. Rajoy aceptó el golpe de Estado de los separatistas con naturalidad. Simuló que lo paraba. Cínico. Traicionó a su nación. Es cierto que lo echaron, pero por ahí anda tan ricamente, disfrutando de la vida, sin que nadie le llame la atención; ni siquiera lo han acusado de alta traición por no haber reprimido a los golpistas del 1-O. Sánchez traga con el golpe de Estado de los separatistas. Ellos mismos lo pusieron en la Presidencia del Gobierno de España, o sea, que ni siquiera tendrá que justificar su traición a la institución del Gobierno. No hay que ser muy listo para saber que pronto lo echarán. Ya ha dicho el actual jefe del golpe de Estado permanente, un tipo que llama bestias a los españoles, que si no hay autodeterminación, lo expulsarán del Gobierno.

Es obvio que aquí ningún político paga por aceptar vivir en el golpe de Estado permanente: Rajoy disfruta de su Registro y Sánchez del Palacio de la Moncloa, va en avión a los conciertos, se pasea con su esposa por USA y no parar de decir imbecilidades sobre lo que hará con España… Nada. Rajoy, Sánchez, como el resto de la faramalla institucional, viven sin preocupación por el presente ni por el mañana, sencillamente, porque España para esta gente ya está vacía de espíritu. Es solo inercia. Les vale únicamente como el nombre de una empresa que les da de comer… Mire, mire, señor Aznar, a su alrededor, a todos los partidos, incluido el suyo, y verá que no hay nada más que tacticismo, planes para dentro de un rato… No existe un proyecto de colaboración con el resto de fuerzas políticas para hacer funcionar el Estado. No hay, en efecto, política, porque todos viven instalados en el golpe de Estado permanente. Nadie quiere decir España, pero todos quieren vivir de ella. Se esconden hasta para mandar; ahí tiene el ejemplo de Sánchez, que ni siquiera es capaz de dar una rueda de prensa para expresar su opinión sobre los golpistas catalanes. No quiere mandar, no sea que los golpistas lo expulsen de sus placeres monclovitas antes de lo previsto.

En fin, señor Aznar, usted debería saber que un país que no sabe quién manda no es una nación. Es un gentío. Nuestros políticos son poca cosa: no creen ni en el poder del Estado… Son nihilistas. La estatificación de la vida, el intervencionismo del Estado, como diría Ortega y Gasset, no es ya para esta gente el mayor peligro que amenaza a la civilización, sino que lo ofrecen como sacrificio a la masa separatista catalana. Nuestros políticos se parecen cada vez más a unos mamarrachos jaleados por unos medios de comunicación sin otro objetivo que cobrar la nómina a final de mes. Por lo tanto, señor Aznar, el golpe de Estado seguirá instalado en un país que no lo reconoce ya ni la madre que lo parió.

Si nadie sabe quién manda y, sobre todo, nadie tiene claro quién podría mandar, entonces estamos al borde del abismo. Sin conciencia nacional, el Estado se desmorona. El colapso de las instituciones políticas y de otra gran parte de las administrativas es casi absoluto. La gente se refugia en lo privado y huye de lo público. Entonces, señor Aznar, ¿por qué mantiene con la facundia propia del político de ideas, o sea del que pasa de largo de la realidad, que "no podemos vivir en el golpe de Estado permanente"? Falso. Vivimos y chapoteamos en las aguas sucias que nos vierten todos los días los partidos separatistas, filoterroristas, comunistas y socialistas. Calle, pues, amigo y siga pensando sobre los efectos de la globalización en el espíritu de las naciones importante de Europa y América. Pero reconozca que España, sí, la realidad nacional española, no es nada en el conjunto de las naciones europeas. Solo somos un gentío dispuesto a consumir cualquier producto falso con tal de que tenga un sello de extranjero. En fin, no sé por qué ha declarado que España no puede vivir en el golpe de Estado permanente, porque usted es lo suficientemente listo para saber que el personal, el populacho y sus elituchas aguantarán lo que haga falta para que esto siga igual. España no es hoy por hoy nada como nación.

Repito: los separatistas, los filoterroristas, los comunistas y los socialistas de Zapatero y Sánchez han partido a España la espina dorsal, naturalmente con la ayuda del PP de Rajoy. En pocas palabras, los cuarenta años de democracia en general y el Título VIII de la Constitución en particular han conseguido dejar este país para el arrastre. O sea, vivimos arrastrados por una casta política que es incapaz de decir España para acabar con los asesinos de la nación y los golpistas del Estado.

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