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Pedro de Tena

2050. Pedro Sánchez sigue plagiando. Ahora, ¡a Manuel Chaves!

Este señor Sánchez y su "turco" han plagiado el plan de Chaves para ganar las elecciones pero lo han vestido de décadas en plan Tito Livio barato.

Este señor Sánchez y su "turco" han plagiado el plan de Chaves para ganar las elecciones pero lo han vestido de décadas en plan Tito Livio barato.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves durante la presentación del proyecto España 2050. | EFE

Cuando estallaba el obús propagandístico 2050, reventado por el escudo antibombardeo ideológico proporcionado por la invasión de Ceuta - (¿qué pasaría si España mandara 10.000 ciudadanos a Gibraltar, pongamos, a comprar tabaco? o ¿por qué no se recuerda que lo del 711 pasó con menos de 10.000 efectivos?, ironiza mi amigo y profesor Rafael Quirós) - , pensé en Manuel Chaves.

Sólo días después de que el régimen marroquí empuñara la excusa del desastre diplomático español – eso de falsificar con nocturnidad y alevosía la identidad de uno, o dos, dirigentes del Frente Polisario, toreando a la Justicia Española -, va Pedro Sánchez y su corte monclovita y nos dicen a los españoles cómo va a ser nuestro futuro, siempre, eso sí, que los socialistas sigan gobernando. Y, oigan, no se me vino a la cabeza más que Manuel Chaves González, ex presidente del PSOE, ex presidente de la Junta de Andalucía y, en la actualidad, condenado por el robo político más grande jamás contado que yo sepa, que es, y que sigue siendo, el caso de los ERE.

Manolo Chaves, que, además, es caballa de Ceuta, hijo de militar franquista de alto rango y madre falangista de correaje negro, fue a menudo ridiculizado por su forma de hablar, por su supuesta inclinación a la negligencia, por su uso "distraído" del dinero público andaluz o por su desparpajado nepotismo, tanto de familia y como de partido. Pero no se le hace justicia. Pudo tener esos defectillos pero, salvo el primero, los demás son casi connaturales y están compartidos por muchos socialistas de pedigrí. Sólo hay que pensar en la señora del presidente Sánchez o algunos de sus amigos para darse cuenta de que la nave sigue yendo donde mismo.

¿Y por qué me acordé del señor Chaves? Porque el "cabezón", que así le llamaban los amigos, tiene los derechos de autor de una operación propagandística muy parecida a la monserga del año 2050. Tan parecida es que no tengo más remedio que considerarlo un plagio. En este caso no estamos ante un plagio textual sino ante un plagio conceptual. Chaves y su agencia de anuncios, que no eran tontos en absoluto, fueron más hábiles que este plagiario de Sánchez que sólo ha mencionado a España, claro, a una fecha redonda y arbitraria, 2050 y a un apellido largo, insípido y sin mordiente, Fundamentos y propuestas para una estrategia nacional de largo plazo.

Pero el original, el de Manuel Chaves fue brillante, incisivo, ideológico, penetrador: La segunda modernización de Andalucía (la primera, fue, como es de cajón, el triunfo del PSOE de 1982). Con este título se apropiaba de un plumazo del símbolo y el sentimiento de "lo moderno", que identificaba naturalmente con el PSOE y su Junta de Andalucía, y dejaba en el cuarto oscuro de lo viejo, lo arcaico, lo rancio y lo obsoleto al PP de entonces. Fue una gran operación de propaganda inaugurada tras el paso del año 2000 y en 2006 tuvo una revisión al alza sin haberse hecho balance alguno de nada. Incluso tuvo casi un libro de estilo en 2009. Mientras acontecía el prodigioso acontecimiento, se consumada el fraude de los ERE en las alcantarillas. Son así, señores.

Como en el caso de su plagiario, Chaves tomó dos decisiones de carácter totalitario. Una, no proceder democráticamente instando la constitución de una comisión parlamentaria por donde desfilaran expertos y sabios de todo tipo y condición para decidir qué era o no la modernización de Andalucía. Esto es, se marginaba a toda la oposición de su participación en un proyecto que podría haber dado pie a un programa de gobierno compartido a largo plazo. Lo que hizo fue espetarle a la oposición que el futuro era patrimonio del PSOE y de nadie más, a la bim, bom, bá.

La otra decisión fue convocar un consejo asesor de parte y de partido limitado (19 personas) donde no tuvieron cabida ninguno de los catedráticos, expertos, pensadores, empresarios o leídos y sabidos relacionados con el centro derecha. Puede repasarse la lista de sus asesores y no cabe duda alguna. Era la segunda parte del planteamiento totalitario de la cuestión. El futuro sólo podía ser patrimonio del PSOE, como ahora, y el mensaje incluía la desesperanza para un centro derecha andaluz que las perdía todas desde 1982.

Sin embargo, Chaves, que puede ser lento o flojo, pero nunca ha sido tonto, no se atrevió con las décadas y se plantó en una legislatura. Lo que quería era, sencillamente, ganar las elecciones de 2004. Pero este señor Sánchez y su "turco" han plagiado el plan de Chaves para ganar las elecciones pero lo han vestido de décadas en plan Tito Livio barato. Tan de seda, asesores y coordinadores (113 he contado) han vestido a su improvisada mona que al final se ha visto que lo hay debajo es simplemente una mona y, para más inri, un plagio conceptual de quien se vistió de genio prospectivo para ganar unas elecciones con escándalos miles, que, en caso de Sánchez, ya vendrán. Chaves no era un burro. Otros, sí.

Plagiando, aunque maltratando al maestro Muñoz Seca, valga este final hasta 2050:

"Tengo un borrico canelo,
más sabio que un profesó,
con orejas de ministro
y ojos de gobernaor.
Rebusna como si fuera
plagiario presidencial
y se come hasta el pesebre
como cualquier consejal.
Ve el futuro pero en Ceuta,
no vio daño nacional,
que de lejos ve estupendo,
pero, de cerca, fatal"

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