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Federico Jiménez Losantos

El Ministerio de Abuso de Género

Igualdad es una ciénaga de iniquidad, que por defender a una prójima siniestra es capaz de pisotear las leyes y principios morales más elementales.

Igualdad es una ciénaga de iniquidad, que por defender a una prójima siniestra es capaz de pisotear las leyes y principios morales más elementales.
La ministra de Igualdad, Irene Montero. | EFE

Nunca he leído párrafos de un auto judicial tan estremecedores como el del juez Piñar de Granada oponiéndose al indulto de Juana Rivas por el Gobierno de Pedro Sánchez, a instancias de la fiscal General del Estado y del Ministerio de Igualdad, en realidad, Ministerio de Abuso de Género:

"Este juzgado ya no sabe cómo hacer que llegue al conocimiento de los restantes tribunales, y por supuesto del Gobierno, que, estando los hijos bajo el cuidado y custodia de la madre, uno de ellos fue abusado sexualmente, según dictaminó la pediatra, un forense y manifestó el propio menor. Mientras tanto, al poco de constatarse estos hechos, la madre oculta a los niños, precisamente en el momento en que la presencia del menor era esencial para la investigación. Sobre este hecho se ha echado tierra encima y se ha soslayado su trascendencia, bajo la apariencia de ser la penada una víctima de un maltratador (…)

El niño, el colegio, el forense y la pediatra

(…) "ni siquiera fue la madre" (…) "fue en el colegio del menor donde tomaron la decisión de llevarlo al médico" (…) "tampoco consta que denunciara ese hecho como es de esperar en una madre normal". "Esa perspectiva de madre que lucha por los hijos no tuvo un reflejo en esos hechos concretos tan graves acaecidos con uno de los menores".

(…) "Con toda la contemplación mediática de maltratada, se ha interpuesto una cortina de humo que oculta un presunto grave delito de abuso a un menor, y siempre quedará un margen acerca de si la madre hizo todo lo que pudo para descubrir ese delito, porque se supone que "este hecho se ha venido omitiendo de forma explícita por no afectar a la intimidad del menor, pero debe quedar expuesto en el estado al que ha llegado la causa, como verdadera razón que crea desconfianza por la posibilidad de que la acusada pueda aprovechar cualquier beneficio penitenciario que implique libertad plena de movimiento para que vuelva a retener a los menores bajo su guarda y a que vuelvan a ser puestos en peligro por un deficiente ejercicio, y desde luego, no va a ser este Juzgado el que lo posibilite, en la medida de las competencias que tiene atribuidas".

O sea, que estando el niño con la madre sufrió abusos sexuales denunciados por el mismo niño, el colegio, la pediatra y el forense -cabe suponer que por indicios físicos evidentes-. Pero el Gobierno la indulta. Y lo hace con un informe de la fiscalía, encargado por Dolores Delgado, que siendo, según lamenta el juez, perfectamente conocedora de la agresión en el círculo íntimo de la madre, que no los denunció ni siquiera tras haberlo hecho el niño, el colegio, la pediatra y el forense, no vacila en que todo el Consejo de ministros lo exponga a los mismos abusos sexuales padecidos.

Mónica Oltra, un precedente cercano

No hay un caso similar en la historia de la impunidad de los abusos sexuales a menores ocultados y permitidos por las máximas instancias institucionales, en este caso todo el Consejo de Ministros del Gobierno Sánchez, con los jueces Robles, Marlaska, y Llop. Sí un precedente, obra de la misma familia política social-comunista que ha hecho suya la causa de Juana Rivas: el de la menor que sufrió abusos sexuales del marido de Mónica Oltra. La llevaron esposada a declarar ante el juez contra el hombre al que antes le habían desaconsejado denunciar, "porque estaba casado con alguien muy importante". ¡Y tanto! ¡Con la misma que debía protegerla!

Pues ahí estaba el otro día Oltra, tan fresca, presentando el proyecto de izquierda feminista, inclusiva y tal con Yolanda Díaz, que ayer se fue a ver al Papa. No se sabe si para compartir su admiración por Castro y el Che, o la experiencia vaticana en la ocultación institucional de la pedofilia. Por el frenesí exculpatorio en que entró ayer el Ministerio de Abuso de Género, le será de más utilidad la segunda. Al cabo, fue la mafia lavanda de McCarrick y otros enemigos de Ratzinger la que hizo Papa a Francisco.

Las instituciones, contra la Ley y con el delito

Supongamos que la Fiscalía general del Estado haya ocultado este dato de los abusos sexuales a uno de los hijos secuestrado por Juana Rivas, convirtiendo a los ministros en partícipes de un delito. ¿No tiene nada que decir el Ministerio de Justicia, a cargo de la juez Pilar Llop? Se escondió tras una agencia de prensa para publicar esta nota entre oficiosa y oficial:

"El Gobierno apunta que no va a valorar dicha resolución del juez, aunque reconoce que "es su potestad acordar o denegar la suspensión de la pena de prisión". "Este es un asunto que debe dirimirse en el ámbito judicial atendiendo al interés superior de los menores", han advertido a Europa Press fuentes del Ministerio de Justicia.

Aparentemente, el Gobierno respeta la legalidad y reconoce la potestad del juez, pero, en realidad, una parte de ese Gobierno lo insulta, no respeta su jurisdicción y se niega a considerar siquiera los abusos sexuales. Victoria Rosell, otra juez, Delegada para la violencia de Género, ha dicho:

"No hay derecho. El Gobierno resolvió su indulto parcial; el Tribunal de Cagliari resolvió que Juana no es un peligro, y que los niños vinieran en Navidad; ni Fiscalía ni Arcuri se oponen a la suspensión de lo que resta de pena. No se puede imponer la ideología misógina a la ley."

O sea, que, si el juez recuerda que el niño ha sufrido abusos sexuales estando al cuidado de la madre, manifiesta una ideología misógina. Lo que no será misógino es permitir legalmente que las denuncias del menor, el colegio, la pediatra y el forense que acreditan esos abusos sean ignoradas. Y que el menor sea entregado de nuevo al entorno de la madre en el que se produjeron esos abusos. No recuerdo una apología de la pedofilia tan atroz.

La reacción del Ministerio de Justicia

¿Sabía o no sabía el Gobierno que se estaban ocultando los abusos para proteger al menor? ¿Lo sabía el Tribunal Supremo o han ido a ciegas, guiados por la ideología de género, favoreciendo a Rivas y los abusadores? No está claro, porque las razones de Llop son las mismas que esgrime el juez para no haber hablado con claridad hasta ahora. Dice Europa Press:

"El Ejecutivo ha hecho "lo que debía hacer" ante la concurrencia de "ineludibles y prioritarias razones de equidad" que debían "atenderse necesariamente" y recuerdan que la mitad de los magistrados del Tribunal Supremo apostaron por un indulto parcial a Rivas al igual que casi un centenar de asociaciones de mujeres."

Y añade:

"El Gobierno se ha limitado a apelar este sábado a la opinión pública a que extreme la "sensibilidad" a la hora de informar sobre el caso y evitar utilizar la situación de los menores afectados, cuyas identidades son conocidas, lo que puede afectar a sus derechos fundamentales."

Pero son esos derechos los que obligaron al juez a callar. Son esos derechos los que le obligan a levantar el velo de silencio impuesto por el Gobierno. ¿O sólo existe el derecho a que se silencien los abusos sexuales a los menores para favorecer que el abusador vuelva a cometerlos? Porque ese es el caso que denuncia el juez y que se empeña en ocultar el Gobierno.

Pam y Pum, Pum y Pam, contra el juez

Y esta es la reacción oficial del Ministerio del Abuso de Género:

"La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez 'Pam', ha criticado la decisión del juez, calificada como "violencia institucional" en un mensaje publicado en redes sociales y que ha compartido por la propia ministra de Igualdad, Irene Montero.'Pam' ha lamentado que la decisión se tome coincidiendo con el Día de los Derechos Humanos. "Es más grave aún que un juez haya evitado que Juana Rivas sea puesta en libertad, en contra del indulto y la fiscalía, a pesar de todas sus denuncias por la violencia que ella y sus hijos han sufrido".

¿Se refieren Pam y Pum Montero, a todas las denuncias rechazadas como falsas por los jueces? ¿Han leído lo que dice el juez sobre los abusos sexuales denunciados por el menor, el colegio, la pediatra y el forense? En el caso de que sepan leer, ¿les importa algo la salud física y el bienestar mental del menor? En absoluto. Ese Ministerio es una ciénaga de iniquidad, que por defender a una prójima siniestra de la que hacen bandera es capaz de pisotear no sólo las leyes sino los principios morales más elementales.

Cuando Rajoy "comprendía" a Juana Rivas

¿Pero hay alguna diferencia entre las juezas Rosell, Llop y Robles? A la luz de los hechos, ninguna. Si acaso, que las más capaces, como la juez del Supremo Margarita Robles, respaldan en Consejo de Ministros las fechorías de las más sectarias, incapaces y arbitrarias como "Vicky" Rosell. El Caso Juana Rivas es para mandar al banquillo al Gobierno en pleno y a la Fiscal General del Estado, además de cerrar el Ministerio de Abuso de Género, porque sólo atropellando la gramática ha podido cobijarse tanta burricie, tanta maldad y tan mular estupidez en los Presupuestos del Estado.

Rajoy debería pedir perdón por su respaldo como presidente del Gobierno al "Juana vive aquí", sin haber añadido: "y aquí abusan de sus hijos". Esto dijo en rueda de prensa antes de vacaciones, esa vez de verano:

"Hay que ser consciente de lo que le ha ocurrido: un matrimonio, ha tenido que irse a Italia, ha tenido que volver, ha sido dos veces agredida, su marido ha sido condenado por los tribunales... A las personas conviene atenderlas, a las personas conviene comprenderlas y luego está todo lo demás".

La violación que la fiscalía conoció y no persiguió

¿Qué era todo lo demás? Pues que al niño de tres años lo violaron analmente unos amigos de su madre en un fin de semana, que el niño se quejó del dolor, la madre se negó a denunciarlo, tuvieron que hacerlo las autoridades educativas, intervino la pediatra, lo examinó el forense y, según publicaba ayer OK Diario, afirmó que había pruebas de abuso sexual anal. El juez califica las fotos del caso como "escalofriantes". Pero cuando se lo dijeron a Juana Rivas, ella se negó a denunciar al violador o violadores, y, según informó ayer Libertad Digital, tras consultar con fuentes cercanas a la investigación, la madre fue la que pidió que se archivara el caso. O sea, que no se persiguiera a los violadores de su hijo. Y es que, con perspectiva de género, tenía todo el derecho a hacerlo. Porque no hay más derecho que el del género femenino según la Ley de Violencia de Género (Masculino).

Uno o varios hombres abusaron del niño, pero si la madre lo ve bien, y como condenar la pedofilia es un tabú heteropatriarcal, archívese. Medio centenar de asociaciones femeninas, ese en que se escuda el Gobierno, avaló secuestrar y no escolarizar a dos niños. Perspectiva de género. Así evitó Rivas la investigación de la violación del niño. La apoyaron igual. La revista Interviú, Antena 3 y Tele 5 se prestaron a respaldar la más abyecta de las manipulaciones: acusar al padre del abuso del niño. Pero la Fiscalía de Menores se limitó a imponer silencio a los padres, en especial a Juana Rivas, que se pasaba el día en la tele hablando de sus hijos. Nada más.

No ordenó que se investigara la violación del niño para "preservar su intimidad". Y por "preservar" una intimidad que no respetaba la madre ni la Paqui y demás criaturas con muchísima perspectiva de género, la Fiscalía, hoy de Dolores Delgado, no investigó. Peor: ella insistió en dos ocasiones en encubrir el delito: como ministra de Justicia pidió al ministro italiano que no condenaran a Juana Rivas y como Fiscal obligó a informar favorablemente del indulto, conociendo la atrocidad revelada por el juez.

La "perspectiva de género" en la Justicia

Feliz por haber impuesto la "perspectiva de género" en la Justicia, la ministra de Abuso de Género (porque si ya no es sexo, es tan solo abuso) dijo: «Hoy se cierra una brecha entre una legislación sin perspectiva de género y una madre que protegió a sus hijos de la violencia machista». Y ese Gobierno poblado de jueces desautorizó al Supremo porque la mitad de la pena en que, prevaricando o, peor, sin saber que avalaban la violación de un niño, a que redujeron la leve sentencia, les parecía "una pena excesiva"; y el indulto era «imprescindible por razones de justicia y equidad».

¿Qué más pruebas hacen falta para acabar con la Ley de Violencia de Género? ¿Cuántos niños deberán ser violados, incluso con consentimiento materno, para que los fiscales se atrevan a investigar, sin más "perspectiva de género" que defender al débil y hacer cumplir la Ley? ¿Hasta cuándo toleraremos los abusos de un Gobierno de jueces que se burlan a diario de la Justicia?

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