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EDITORIAL

Las otras aberraciones jurídicas de los podemitas

Sánchez es quien les permite sacar adelante esta nefasta tarea legislativa, que está convirtiendo nuestro sistema penal en un vertedero ideológico.

El escándalo monumental de la ley del "solo sí es sí", cuya aplicación está poniendo en la calle a violadores y abusadores sexuales condenados por la Justicia, no es el único esperpento legislativo pergeñado por los ministros bolivarianos y sus amigotes, colocados en los puestos más relevantes de los ministerios entregados por Sánchez a la ultraizquierda. Toda la obra legislativa de la izquierda radical es un despropósito, que pretende convertir en ley las obsesiones ideológicas de los podemitas, como ocurre con la ideología de género, la precocidad sexual o el fanatismo animalista. En este último ámbito es necesario traer a colación la Ley de Bienestar Animal, impulsada por el departamento de la podemita Ione Belarra, que ya ha sido duramente criticada por el Consejo General del Poder Judicial.

El texto de la norma elaborada por el pomposo ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030, cuya entrada en vigor está prevista para el año próximo, es un reflejo de los tics totalitarios de la izquierda que, si en el caso de la ley de Libertad Sexual considera a los hombres como violadores y maltratadores potenciales salvo prueba en contrario, ahora traslada también esa misma sospecha delictiva a los propietarios de animales de compañía.

El órgano de los jueces considera especialmente grave que las sanciones establecidas en la ley de Bienestar Animal no guarden proporción con las penas que se aplican cuando la víctima del maltrato es un ser humano. Es lo que ocurre cuando las lesiones provocadas a un animal no necesitan tratamiento veterinario, un supuesto que la ley sanciona con mayor dureza que cuando se agrede a una persona sin que las contusiones necesiten tratamiento médico o quirúrgico. Lo mismo sucede cuando el maltrato animal se provoca para hacer daño al cónyuge del autor del delito, que recibe un reproche penal superior a lo establecido cuando la víctima del maltrato es una mujer.

La consecuencia de todo este despropósito legislativo es que "los animales vertebrados" (a ellos expresamente va dirigida esta última ley podemita), estarán más protegidos legalmente contra el maltrato que los seres humanos, buena prueba de lo que la izquierda entiende por avance social.

Gracias al gobierno socialcomunista, un adolescente puede hormonarse o mutilarse genitalmente sin ningún requisito previo, abortar en el caso de las chicas o ser víctima de abusos sexuales por parte de adultos, sin que haya consecuencias legales de importancia. Todo lo contrario que cuando se trata de los animales (vertebrados), en cuyo caso, si los dueños les retocan las orejas o el rabo, por traer a colación dos situaciones comunes, podrían enfrentarse a penas de cierta gravedad.

Yerran, sin embargo, quienes atribuyen en exclusiva la autoría de estos engendros jurídicos a los podemitas. Sánchez es quien les permite sacar adelante esta nefasta tarea legislativa, que está convirtiendo nuestro sistema penal en un vertedero ideológico de la ultraizquierda con las consecuencias que ya estamos viendo.

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