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David Vinuesa

De Paul, haz callar a la afición del Atlético

La afición colchonera está deseando que De Paul alcance el nivel que se espera de él.

La afición colchonera está deseando que De Paul alcance el nivel que se espera de él.
De Paul, haz callar a la afición del Atlético | EFE

La afición del Atlético de Madrid no pide demasiadas cosas. Pide ganar, pese a que mucha gente diga que no lo exige, y también demanda que los grandes jugadores se dejen todo en el terreno de juego. Luego puede salir bien, muy bien, mal o muy mal, pero el aficionado colchonero aplaude al que pierde sudando sangre. Y además es inteligente. Sabe a qué jugadores se les puede exigir mucho y a los que se les debe exigir lo justo. Todo eso se lo pide y sabe que puede darlo a Rodrigo De Paul.

El Atlético está deseando que De Paul les calle la boca. Le piden a gritos que se las cierre y además en la cara, en pleno Cívitas Metropolitano. Y están deseando que eso pase porque saben la clase de jugador que es De Paul. Es un futbolista que, a priori, tiene todo lo que el Atlético suele pedir en un jugador. Tiene carácter, mala leche, calidad, buen pase largo y corto, corre de un lado para otro, pegada, llegada, presencia y encima ahora es campeón del Mundo con Argentina. No se puede pedir más. Si tú le vendes ahora mismo a un jugador así al Atlético te lo compra 100 veces, sin embargo, las cosas no están saliendo bien en esa relación.

¿De quién es la culpa de todo lo que está sucediendo? Principalmente de lo que ocurre dentro del terreno de juego. Así de claro. Si De Paul estuviese jugando bien desde hace meses, al aficionado del Atlético le daría igual que bailase, cantase, viajase o se tirase en paracaídas sobre el Metropolitano antes de cada partido. Ese es el principal condicionante de esta relación que todavía es tortuosa. Pero ojo, no hay que olvidar que De Paul no ha estado, a mi parecer y al de muchas otras personas más, correcto en algunas de sus decisiones. Irse a Miami cuando el permiso era por otra cosa fue un error que incluso Simeone castigó con suplencias. Y tras el Mundial las molestas que tenía, que no dudo de ellas, fueron adulteradas por imágenes dando saltos en otros sitios. Son errores y no se pueden obviar. Ahora bien, De Paul tiene la posibilidad de hacer olvidar todo eso sobre el campo.

Ante Osasuna y ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, se vio lo mismo que se apreció en De Paul cuando llegó y cuando provocó la petición general del Metropolitano a Simeone para que fuese titular. Cuando llegó de Udinese, el argentino tardó muy poco en ser denominado como el nuevo Cholo por la forma de presionar, molestar y jugarle al rival. El aficionado rojiblanco le vio como uno de los suyos y cuando eso pasa, si el jugador lo sostiene, es un tesoro para él. Que le pregunten a Raúl García como es pasar de pitos a aplausos siendo calificado como un "guerrero del Cholo". Ese es el ejemplo que debe seguir De Paul. ¿Me quitas del once? Entreno el doble. ¿Hago un mal partido? Hago notar mi pesar fuera del campo. ¿Hago un buen partido como ante Osasuna? Guiños a la afición. Será lo mejor para él y lo mejor para el Atlético y si eso pasa que nadie dude de que el Metropolitano se reconciliará con De Paul. Pero repito, guiños dentro y fuera del terreno de juego, porque si algo molesta a los colchoneros es que parezca, sea verdad o no, que el escudo rojiblanco no está entre tus prioridades.

Aparte de De Paul, el Atlético, salvo Lemar, dejó grandes sensaciones en Pamplona. Bueno, en realidad el Atlético siempre deja buenas sensaciones cuando vuelve al origen de todo y hace un partido serio en defensa, sólido en todas las líneas y además marca gol. Un tanto por cierto, obra de Saúl, que también necesita como sea volver a ser el que fue. Pero volviendo al tema del gol, y esto hay que decirlo cuando se pierde y cuando se gana, el partido del Atlético ayer fue muy serio y con gol de verdad debería haber sido de 0-2 o 0-3. Falta contundencia, mucha, y esa ausencia de una pegada real, bien conocida y permitida por la directiva, es lo que te saca de la lucha por todo. Sin eso, otros días palmas o empatas, y te puedes quedar, como está pasando este año, sin Liga, sin Copa y sin Champions. Sin todo eso, la plantilla y Simeone no tienen excusa ninguna para no jugar todos los partidos con la intensidad que pusieron en el Sádar. La temporada ya es un fracaso, pero no puede convertirse en una vergüenza.

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