Menú
José García Domínguez

El necesario pacto PSOE-PP

A Zapatero le tumbó la mayor crisis del sistema financiero mundial desde 1929. Pero es que a Sánchez le puede tumbar Irene Montero.

A Zapatero le tumbó la mayor crisis del sistema financiero mundial desde 1929. Pero es que a Sánchez le puede tumbar Irene Montero.
Pedro Sánchez en el Senado | EFE

El orden político español contemporáneo ha hecho alumbrar una paradoja tan inopinada como desconcertante. Hablo de esa novedosa evidencia empírica que consiste en el castigo sistemático que una ley electoral pensada en su día para beneficiar a los dos grandes partidos nacionales, la todavía hoy vigente, viene aplicando a esos dos mismos partidos. A los dos, sí. Al PP, por supuesto, en la medida en que la existencia crónica en la Carrera de San Gerónimo de una heteróclita constelación de partidos y partiditos nacionalistas de estricto ámbito pedáneo constituye, de facto, una barrera permanente de en torno a treinta escaños que imposibilita el acceso de la derecha a la Moncloa, salvo que alcance la mayoría absoluta en las urnas.

Pero también la norma electoral castiga, y mucho, al PSOE, aunque su caso no resulte tan evidente como el de los conservadores. Repárese, si no, en lo que está ocurriendo dentro del Gobierno ahora mismo, mientras redacto estas líneas. Porque los socialistas se están desangrando en las encuestas, literalmente desangrándose, por el empecinamiento infantil de unas tardo-adolescentes amateurs sobradamente ignorantes en materia jurídica y recién salidas de una asamblea de estudiantes de facultad. Por eso y solo por eso. Porque al PSOE de Zapatero le tumbó la mayor crisis del sistema financiero mundial desde 1929. Pero es que al PSOE de Sánchez le puede tumbar Irene Montero, si las cosas siguen así; Irene Montero, que viene a ser lo mismo que decir la nada histriónica y narcisista con sifón.

Y es que la circunstancia macroeconómica del país no resulta, desde luego, halagüeña ni para tirar cohetes, pero aquellas expectativas tan pesimistas, las que todo el mundo compartía hace apenas un año, no se han llegado a consumar. Por ese flanco, el Gobierno ha tenido suerte a última hora. De ahí lo muy sangrante para Sánchez del tono general de los sondeos. Porque, sin Podemos en la mesa del Consejo de Ministros y sin Otegi y Rufián haciéndoles marcar el paso en el Parlamento, otro gallo les cantaría. Y Sánchez lo sabe, claro que lo sabe. ¿Para cuándo un pacto PSOE-PP que acabe de una vez con ese embudo?

Temas

En España

    0
    comentarios