El Gobierno dice que las razones alegadas por Ferrovial para marcharse no son las reales. Las verdaderas, dicen, son otras. Pero, ¿qué mas da si todas son responsabilidad del Gobierno? Si no es la falta de estabilidad jurídica sino motivaciones fiscales, la culpa sigue siendo del Gobierno. Y, si dentro de las motivaciones fiscales, han privado las personales y no las societarias, la culpa también sigue siendo del Gobierno. Acusar a Ferrovial de desagradecida por haberse enriquecido haciendo obra pública en España como si el Estado hubiera pagado esos contratos por encima de lo que valían delata ignorancia o corrupción. Ferrovial cobró lo que tenía que cobrar tras ganar los concursos públicos pertinentes al ofrecer hacer las obras por menos dinero que el resto de licitadores. Y, si no fue así, sería porque a cambio de una coima, Ferrovial cobró por las obras realizadas más de lo que debía. Si éste fuera el caso, que no es descartable, la culpa también es del Gobierno o de quienes le precedieron.
El editorial de El País añade a todas las boberías que sobre el asunto está diciendo el Gobierno, y que el editorialista repite como un papagayo, un toque de lirismo cursi: "Las raíces, sin ramas ni hojas, pierden gran parte de su sentido". Razón por la cual, debería haber concluido el experto, si eres español, tienes que consentir con alborozo que tus compatriotas socialistas y comunistas te roben a mansalva y lo gasten como ellos suelen porque ¡ah, amigo!, lo que yo te diga, las raíces, sin ramas ni hojas, pierden gran parte de su sentido.
Tanta sobrerreacción del Gobierno y de la prensa adicta tapa sin embargo una cuestión que afecta muy directamente a un taciturno PP. Por mucho que pudiera gustarnos a algunos, Ferrovial no se marcha sólo por lo que está haciendo "este" Gobierno. Si el problema fuera sólo ése, una decisión tan relevante no se habría tomado estando a meses de unas elecciones generales que todas las encuestas, menos la del CIS, auguran que ganará el PP. Lo terrible para los que no podemos cambiar nuestra sede social es que, aunque el PP esté en vísperas de ganar las elecciones, a Ferrovial le sigue compensando irse porque no cuenta con que un cambio de Gobierno baste para que la situación mejore lo que sería deseable. Si en el Consejo de Administración de Ferrovial alguien aconsejó esperar a que se celebraran las próximas elecciones generales, seguro que algún otro le contestó: "¿Y qué? El PP ha ganado dos veces con mayoría absoluta y no cambió nada sustancial. Al contrario, la última vez no sólo incumplió la promesa de bajar los impuestos, sino que los subió de forma inclemente. De hecho, la legislación fiscal que hoy padecemos no es obra de los socialistas, sino de Cristóbal Montoro y del PP. Feijóo no ha renegado de esa herencia. Al contrario, la ha aceptado de buen grado. No tiene sentido esperar a que el PP cambie la política fiscal española porque lo más probable es que, como en el pasado, no lo haga". Y los demás consejeros debieron de concluir al unísono: "a Holanda".