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José García Domínguez

La manada de Badalona

Muchas cosas, sí, se podrían hacer desde el Ministerio de Igualdad si hubiera adultos serios y competentes a su mando. Lástima.

Muchas cosas, sí, se podrían hacer desde el Ministerio de Igualdad si hubiera adultos serios y competentes a su mando. Lástima.
Irene Montero | Europa Press

Badalona. Sábado, 3 de junio. Una niña de 13 años contacta con un desconocido, también menor de edad, a través de la red social Instagram. Tras un somero intercambio de mensajes electrónicos, acuerda una cita con el desconocido para mantener relaciones sexuales en un descampado de las afueras de la ciudad. Luego, y una vez consumado ese primer encuentro entre ambos, hacen acto de presencia en el mismo descampado otros siete varones, todos ellos de similar rango de edad. Se trata de un grupo de amigos del desconocido, quien los ha convocado allí a través de su teléfono móvil. Acto seguido, y ya sin mediar consentimiento alguno por parte de la niña, los siete proceden a violarla por turnos.

A estas horas, la niña sigue siendo atendida por un equipo de especialistas médicos en el hospital badalonés de Can Ruti. En cuanto a los integrantes de la manada particular que le tocó en suerte, cuatro de ellos han sido identificados y localizados por los Mozos de Escuadra. De nada servirá. Y es que, a causa de su edad, los cuatro resultan legalmente inimputables. No se les puede hacer nada. Nada de nada. Y tampoco se les podrá hacer nada de nada si vuelven a violar a otra niña en lo sucesivo. La Ley del Menor los ampara.

En España se producen tres violaciones grupales, o sea en manada, cada 48 horas; la gran mayoría de ellas protagonizadas por menores o adolescentes. Son datos del Ministerio del Interior. Y no solo pasa aquí. Por eso, Francia exige un certificado digital de verificación de edad para poder acceder a contenidos pornográficos en internet. Por su parte, Australia va a implantar un sistema electrónico de reconocimiento facial con el mismo propósito. Y en algunos estados norteamericanos, los consumidores de pornografia extrema, la que incluye violencia y violaciones simuladas, deben presentar escaneado algún documento de identidad personal. Muchas cosas, sí, se podrían hacer desde el Ministerio de Igualdad si hubiera adultos serios y competentes a su mando. Lástima.

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