Malnacidos. Así se puede y se debe calificar a muchos socios del infausto gobierno de Pedro Sánchez que han adoptado una repugnante equidistancia ante la masacre perpetrada en Israel por los terroristas de Hamás cuando directamente no la han justificado. Una masacre que incluye no sólo el lanzamiento deliberado de misiles contra población civil sino también el secuestro y la violación de mujeres, así como el degollamiento de familias enteras, incluidos ancianos y niños. Tal es el caso del Kibutz Kfar Aza, una de las áreas más afectadas por el ataque terrorista, donde militares de Israel han encontrado más de 40 cadáveres de bebes que habían sido decapitados por los terroristas.
Si tenemos en cuanta que Hamás es una organización terrorista antisemita que, fiel a la máxima de su fundador Ahmed Yasín, sostiene que "la paz con Israel es contraria a la Ley islámica", tiene como objetivo fundacional la destrucción del Estado de Israel y el exterminio de todos los judíos, nos podemos hacer idea del enorme ejercicio de fariseísmo político protagonizado por la vicepresidenta del gobierno español, Yolanda Diaz, quien, tras expresar "su solidaridad con todas las víctimas" ha pasado, acto seguido, a reclamar "una paz justa" que "ponga fin a la ocupación y permita al pueblo palestino vivir con dignidad". Vamos, como si lo que se hubiera conculcado con esta masacre no fuera el derecho de los judíos a no ser exterminados o a vivir con seguridad, sino la dignidad de un pueblo palestino, cuyos derechos sólo cercena la organización terrorista que los condena a la miseria y a la falta de libertades y que no tiene más propósito que su genocida objetivo de "arrojar a todos los judíos al mar".
Otro tanto se puede decir de la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, quien, sin hacer mención siquiera de las mujeres secuestradas, violadas y asesinadas por los terroristas, ha acusado al Estado de Israel de llevar "décadas sometiendo al apartheid al pueblo palestino".
Ya en el campo de la abierta apología del terrorismo islámico caben enmarcar las aun más repugnantes declaraciones de Pablo Iglesias, Echenique, Errejón, los diputados Pablo Fernández, Enrique Santiago, que no han condenado ni siquiera lamentado la masacre, por no hablar de los eurodiputados podemitas, Manu Pineda o Miguel Urbán, elogiando la masacre como muestra del "derecho y el deber de defenderse"
Ante tamañas barbaridades, muestras insuperables de lo que es la apología del terrorismo, por parte de aliados parlamentarios y miembros del gobierno mismo de España, es perfectamente lógica la decisión del presidente de los Estados Unidos de excluir al presidente de gobierno español, Pedro Sánchez, de la declaración conjunta en apoyo de Israel firmada con Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. Y es que nuestro Ejecutivo no es solo el único gobierno del mundo libre que mantiene alianzas parlamentarias con un partido filoterrorista como Bildu, sino que es el único gobierno en coalición con formaciones de extrema izquierda que siempre legitiman el terrorismo islámico cuando va dirigido contra la población judía.

