El Gobierno tiene un chollo que se llama derecha. Es sabido, por ejemplo, que la expresión "escudo social" viene siendo la más usada por el Ejecutivo y su entorno comunicativo desde que triunfó la moción contra Rajoy; la más usada de modo exitoso, procede añadir. Porque si una percepción se ha instalado en la opinión pública desde que la coalición que se dice progresista accedió al poder, es la de que la política económica comandada por el PSOE presentaría diferencias radicales con las propias de los conservadores.
El famoso escudo social constituye, sobre todo, un escudo ideológico llamado a legitimar la naturaleza real del pretendido izquierdismo de los de Sánchez. Así las cosas, la opinión dominante remite a que el PSOE estaría aplicando genuinas políticas heterodoxas. Algo, ese sentir, que blinda al Gobierno frente a sus propias falacias. Al cabo, si la izquierda que viaja en metro ha llegado a creerse que Sánchez práctica una política de izquierdas, entonces no encontrará motivos para dejar de votarle en las próximas elecciones. Pero si lo ha llegado a creer es porque, en las muy polarizadas sociedades occidentales, los grandes medios de comunicación de masas ya no influyen en el campo ideológico contrario.
Sánchez resulta creído porque los que critican sus políticas en el ámbito mediático son de derechas. Y si son de derechas, lo que digan no se escucha; simplemente, no se escucha. Por eso puede usar ahora mismo, y de modo impune, el IVA eléctrico para minar el poder de compra de los ingresos obreros y populares por la vía de echar más leña a los fogones de la inflación. Es un ejemplo típico de política contraria a los intereses de la base social de la izquierda que aplica la presunta izquierda. Existen muchísimos más. Muchísimos. Y todos les salen gratis. Si la élite de la derecha española fuese inteligente —algo que todavía está por comprobar— debería entender la necesidad de que la otra izquierda, esa disidente y española que se propone dar batalla ideológica contra el PSOE y Sumar, acceda a ámbitos donde poder difundir sus propuestas con eficacia. Veremos.