
Chega!, el partido de los cuñados portugueses cabreados, grupo fundado hace apenas un lustro por André Ventura, popular charlatán salido del circuito de las tertulias futbolísticas de la televisión, un outsider que practica una demagogia en extremo básica y elemental, más cercana al rudimentario discurso antipolítico de un Alvise Pérez que a la narrativa mucho más compleja y elaborada de Vox, además de alzarse como el genuino ganador moral de las elecciones del domingo pasado, constituye a estas horas la fuerza emergente que, de facto, liderará la oposición al Ejecutivo de la derecha normal, la de toda la vida que encabeza Luis Montenegro.
Y es que, de un tiempo a esta parte, en Portugal también ocurre exactamente lo mismo que aquí, a saber: cuanto mejor se supone que marchan los números de la economía, más crece el malestar social y la desafección de amplios sectores de las clases medias y populares hacia los partidos tradicionales, los que se asocian con el establishment; un papel que en el caso del país vecino representan el Partido Social-Demócrata (de derechas, pese a lo deliberadamente equívoco de sus siglas) y el Partido Socialista. Porque, y también igual que aquí, las estadísticas oficiales proclaman que el PIB va como un cohete (2% de crecimiento previsto para 2025), pero la gente vive mal.
Comprar un piso en Lisboa cuesta el 60% más que en Madrid. Nadie que no sea extranjero y rico puede pagar esas cifras. Igual que aquí, el país no para de crear más y más puestos de trabajo, sin parar. Pero los jóvenes portugueses con estudios universitarios emigran en masa, también sin parar. El horizonte de ganar cuatro perras compitiendo por un empleo de camarero con centenares de inmigrantes no satisface sus expectativas. El sistema —creen— les ha fallado. De ahí que uno de cada cuatro portugueses ya se haya marchado al extranjero. Uno de cada cuatro, sí. Porque los votos a la extrema derecha no caen del cielo ni surgen de la nada. ¿Quiere saber el presidente Sánchez por qué va perdiendo en las encuestas? Que eche un vistazo a Portugal.