Menú

Una guía para la acción

La protesta popular no la parará nadie. La insurrección popular es nuestro acicate democrático.

La protesta popular no la parará nadie. La insurrección popular es nuestro acicate democrático.
Alberto Núñez Feijóo junto a Juanma Moreno en un acto en Sevilla. | PP

Es posible que hoy la moción de censura sólo serviría para darle un poco más de tiempo al PSOE para que levantara cabeza y ganase un poco de legitimidad. Quizá la moción de censura solo sirviese para que el PSOE se fortaleciese y siguiese robando hasta empobrecer económica, moral y psicológicamente a una sociedad que contempla con perversa resignación su decadencia. No solicitaré más esa acción del PP. Ya es demasiado tarde. Aquí y ahora a Feijóo se le pasó ese tiempo, sobre todo cuando se la exigen voces socialistas. Del enemigo, al menos en este caso, no siga el consejo. Pasó el tiempo de la moción de censura. La Justicia ha salvado a Feijóo de ese trámite. Pero nadie olvide que Feijóo dejó pasar esa oportunidad . Esperemos que ahora no se le pase el arroz, sí, la otra gran oportunidad que le ofrece un pueblo, la parte más sensata y concienciada moral y políticamente de la sociedad, clamando contra Sánchez en las calles y en las redes, en las tabernas y en los salones de los ricos…, o sea, por tierra, mar y aire sólo se oye un grito: "Sánchez es un tirano. Hay que acabar con él".

Pero, desgraciadamente, él sigue ahí. Victimizándose. Lloriquea el bribón que no sabe nada. ¿Es la nueva forma de ejercer la tiranía? No. Los tiranos siempre siguieron el mismo guión. La literatura sobre la psicopatología del tirano es amplia, pero siempre incide en lo mismo: la irresponsabilidad megalómana. No darle importancia a sus acciones u omisiones, naturalmente, si les perjudica. Sánchez, como el emperador Cómodo, que rebautizó Roma con su propio nombre no le dio importancia a la cosa, tampoco le da relevancia a que sus familiares más cercanos e íntimos amigos del partido estén procesados e imputados por la Justicia. Porque el resentimiento de Sánchez es peor, mucho peor que el exhibido por los tiranos Tiberio, Calígula y Nerón, es menester desalojarlo ya del poder; sí, mientras que los crueles emperadores romanos tenían una doble personalidad -por la noche mala y de día buena-, el nuestro tiene a todas horas una única e innata perversidad: acabar con todas las instituciones, empezando por quien le ha dado su ser público, el Estado-Nación. Por eso, exactamente, aguantará en el poder hasta el final.

Todo eso, sí, que pongo yo por escrito sobre el papel, lo intuyen o lo saben los españoles de bien. Pues bien, por esa sabiduría popular, el señor Feijóo, debería salir a la calle y, junto al señor Abascal, diseñar una guía para la acción política. Ciudadana. No estamos ante un caso de corrupción más, como cacarea el tirano, sino ante una nueva legislatura "reconstituyente", según ha declarado Ester Muñoz, diputada del PP en el Congreso de los Diputados. Salga, pues, a la calle señor Feijóo o tendremos que pensar en cosas extrañas, por ejemplo, que se está negociando una salida pactada de Sánchez del poder. No me cabe la menor duda de que las vanguardias políticas de la izquierda y los sectores más reaccionarios del PP, todos situados en los lugares clave de las instituciones del Estado y de la sociedad civil (universidades, academias, grandes empresas, partidos políticos, grupos editoriales y de comunicación, etcétera, etcétera) están diseñando un plan para rescatar en su declive a un partido político de corte criminal; el PSOE está arrinconado por la Justicia, la Guardia Civil y, sobre todo, por los "jefes" mafiosos Aldama, Koldo, Ábalo y Santos Cerdán, sin embargo ahí sigue vivito y coleando ante la mirada atónita de millones de españoles que buscan un líder, una guía política, para derrotar al tirano.

Señor Feijóo, por favor, pónganse, junto a Abascal, al frente de la cosa para que nos dejemos de hacer mil conjeturas. Si ustedes no se movilizan conjuntamente, entonces no tendremos otra opción que seguir, como siempre pasó en España, con la movilización popular que se ha iniciado en todo el país. La protesta popular no la parará nadie. La insurrección popular es nuestro acicate democrático. No se apoya en una conjuración o en un partido, o sea, podría triunfar, es decir, hasta podrías llevarse por delante al propio PP. Sea valiente, Feijóo, únase al movimiento insurreccional en el momento de mayor vacilación en las filas de los enemigos de la democracia y de sus amigos, separatistas y comunistas, débiles e indecisos.

O sea, si no hay moción de censura, algo en estos momentos muy respetable, sólo nos queda la movilización ciudadana a todas horas y en todas partes. Si el PP desaprovecha esta última opción, me atrevo a predecir, dese por perdido.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Inversión