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Cristina Losada

Los progres no dejan que les estropeen la mala noticia

Que España no sea el peor país en todo es hoy para muchos una noticia decepcionante.

Una encuesta ha traído la mala noticia de que un tercio de las mujeres europeas ha sufrido violencia física y sexual desde los 15 años. Sin embargo, dentro de lo malo, el sondeo europeo no dejaba a España entre los peores, sino entre los países de la UE con menor violencia junto a Polonia, Austria, Croacia y Eslovenia. Por si esto fuera poco para romper viejos esquemas, los que encabezaban el ranking de agresiones son los muy igualitarios países nórdicos, como Dinamarca, Finlandia y Suecia. Así las cosas, no extrañará la recepción que ha dado el progresismo de género a la cata demoscópica. Fue un unánime lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.

Que España no sea el peor país en todo es hoy para muchos una noticia decepcionante. Pero que en la España inveteradamente machista haya menos agresiones a las mujeres que en sociedades más avanzadas en la igualdad, eso es algo que nuestros prejuiciosos ni pueden ni quieren creer de ningún modo. De ahí la interpretación que ha cursado como verdad inobjetable, y con algún respaldo de los autores del estudio: a mayor igualdad y mayor conciencia sobre la violencia, las mujeres hablan más del asunto, mientras que tienden a callar a menor igualdad y conciencia. Vale, muy bien, casi estoy por aceptarlo, pero ahora díganme dónde meten a Austria. ¿En el saco de los más avanzados o en el de los menos? ¿En el machismo detestable del sur o en el feminismo modélico del norte?

Bien mirado, es una suerte que estos lectores escorados de la encuesta no repararan en que las diferencias entre países no siguen realmente una línea Norte-Sur, a menos que Polonia se mudara al Mediterráneo, y que en cambio los cinco con menor violencia son todos de tradición católica. No digo que éste sea factor determinante, ni siquiera factor, pero ahí está el dato impertinente, y de haber caído en él, estoy segura de que nuestros prejuiciosos hubieran hecho un regate más para esquivar los inconvenientes resultados del sondeo. Siempre se puede cocinar y rebozar esa prueba insolente que cuestiona clichés muy queridos y manidos.

Mucho me temo que este ha sido un caso de "No dejes que una encuesta te estropee la mala noticia". La noticia que esperaban quienes vienen reduciendo las causas de la violencia contra las mujeres al solo factor del tradicional machismo era que España, y otros que tal bailan, fueran los campeones del maltrato. Como no salió así, han de dudar del sondeo para salvar la idea. Igual que la han salvado de la evidencia perturbadora de que hay más asesinatos de mujeres en países nórdicos modélicamente igualitarios que en esta España tan poco ejemplar. En fin. Lo malo de las simplistas teorías que tienen al respecto los progresistas no es que las tengan, que allá cada cual. Lo malo es que fracasan estrepitosamente.

En España

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