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EDITORIAL

Andalucía: finalmente se impuso la sensatez

Bien está que tanto VOX como el PP hayan entendido que hay ocasiones en que lo mejor puede ser enemigo de lo bueno.

Todo parece indicar que el frontal y nada argumentado rechazo del PP a las "inaceptables" propuestas que VOX le hacía el pasado martes a cambio de su respaldo a la investidura de Juan Manuel Moreno Bonilla como presidente de la Junta de Andalucía fue una teatralización para que no se acusara a los populares de echarse en brazos de la "extrema derecha". De ahí las escasas 24 horas que han tardado ambas formaciones en firmar el acuerdo de investidura y el contenido del propio acuerdo, donde se recogen, aun de forma parcial y diluida, algunas de las propuestas de VOX, que finalmente no parecen haber resultado tan "inaceptables".

Ciertamente, aunque el acuerdo aparca algunas de las demandas más importantes de VOX, como el desmantelamiento de las ayudas públicas a las organizaciones feministas y del demencial desarrollo autonómico de la ominosa Ley contra la Violencia de Género, lo cierto es que hay notables aportaciones del partido de Santiago Abascal y el juez Francisco Serrano. Ahí están los ambiciosos compromisos de reducción de la fiscalidad y del gasto público, la elaboración de una auditoría independiente de todos los organismos de la Junta, la supresión de la versión autonómica de la Ley de Memoria Histórica, la integración en la Administración central del Estado de todas las embajadas comerciales de Andalucía, la supresión de la Administración paralela, la apuesta por la libertad educativa y el derecho de los padres a elegir el modelo que desean para sus hijos o el cumplimiento de la legislación vigente en materia de inmigración, evitando todas aquellas decisiones que puedan favorecer un efecto llamada y combatiendo a las mafias que trafican con personas.

Hace bien VOX en admitir de forma coyuntural que el PP rechace o diluya algunas de sus propuestas, por plausibles que sean; como ha hecho bien el PP al no tratar a VOX como una banda de apestados con los que no hay nada que hablar, tal y como desgraciada y vergonzosamente ha hecho Ciudadanos en todo momento. Teniendo presente que uno de los compromisos acordados es el de contribuir decididamente a"guardar y proteger el orden constitucional y la unidad de España", manteniendo siempre la "máxima lealtad hacia la Corona y la Carta Magna", y que PP y VOX abogan por un Gobierno basado en el diálogo y el "respeto a todas las formaciones constitucionalistas", sería bueno que Ciudadanos hiciera lo propio y no estableciera cordón sanitario alguno contra el partido de Abascal.

En cualquier caso, bien está que tanto VOX como el PP hayan entendido que hay ocasiones en que lo mejor puede ser enemigo de lo bueno y que un cambio como el que va a posibilitar este acuerdo es bueno para Andalucía y para España.

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