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EDITORIAL

Chávez, modelo del PSOE

Lo que le faltaba al PSOE es jalear las políticas sociales y económicas del chavismo, y su corrupto sistema electoral. Ponerse de modelo la Venezuela 'bolivariana'.

La más que discutible victoria electoral de Maduro no despierta ningún recelo en la izquierda política española. Ni las evidentes irregularidades en el recuento ni la campaña electoral, en la que todos los poderes del Estado han estado al servicio del partido creado por Chávez, preocupan o disgustan a IU y PSOE.

Poca sorpresa causa la posición de IU: la coalición comunista se coloca por defecto del lado de las más crueles dictaduras: basta con que éstas se proclamen de izquierdas o lo suficientemente antioccidentales. Más preocupante resulta, en cambio, la del PSOE, que ha pasado de una indefinición que ya era bastante poco defendible a respaldar con entusiasmo el sistema electoral venezolano, "uno de los más fiables del mundo" según la vicesecretaria general de los socialistas, Elena Valenciano.

Declaraciones que se podrían tomar como una veleidad pasajera o un gesto de Realpolitik, tan habitual en las relaciones exteriores –ahí están como ejemplo los acrobáticos y lamentables giros del Gobierno– si no fuera porque son el último eslabón de una cadena de palabras y actos que refleja que el Partido Socialista está aún más escorado a la izquierda de lo que lo estuvo en los infaustos años de Zapatero.

Podemos encontrar multitud de muestras de esa deriva radical, muchas de ellas con no pocas similitudes con dichos o hechos del chavismo: desde su complacencia ante el acoso a los políticos del PP o el forofismo antisistema de que hicieron gala algunos diputados la semana pasada en el Congreso, hasta el entusiasmo con el que los socialistas de casi toda España han abrazado la iniciativa contra los desahucios de la Junta de Andalucía, que nos recuerda al Chávez más en forma, aquel que iba por la calle expropiando casas y comercios como quien coloca señales de tráfico.

Sin duda alguna, el hecho de depender de los comunistas en Andalucía, prácticamente su único centro de poder regional, obliga al PSOE a radicalizar su discurso y su acción de gobierno, pero el cambio parece ir más allá. Y es que, apartados de prácticamente todos los Gobiernos, desprestigiados por la nefasta gestión de Zapatero y con un Rubalcaba que no logra siquiera frenar la hemorragia en las encuestas, los socialistas se afanan en dar con un discurso que les permita recuperar el favor de la ciudadanía; pero, atrapados entre la desconfianza que generan a muchos españoles y sus propios prejuicios ideológicos, no encuentran otra cosa que mensajes muy radicales, en la peor tradición del populismo. Un campo en el que la influencia de Chávez es indiscutible.

Lo que le faltaba al PSOE es jalear las políticas sociales y económicas del chavismo, y su corrupto sistema electoral. Ponerse de modelo la Venezuela bolivariana.

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