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EDITORIAL

La trama rusa del golpe separatista

Estas revelaciones de tan amplia repercusión internacional ponen a Pedro Sánchez frente a su tremenda responsabilidad como gran valedor de los sediciosos.

Los servicios de inteligencia europeos han constatado la existencia de numerosos contactos de los separatistas catalanes con secuaces del tirano ruso Vladímir Putin, con el fin de conseguir el apoyo de Moscú a la secesión de Cataluña. Así lo ha revelado el diario The New York Times (NYT) en una extensa información en la que, entre otras cosas, se afirma:

En Moscú, (...) Josep Lluís Alay, alto cargo del autoexiliado expresidente catalán Carles Puigdemont, se reunió con funcionarios rusos, con exagentes de inteligencia y con el nieto de un espía de la KGB, un hombre muy bien conectado. La meta era garantizar la ayuda rusa para lograr la separación de Cataluña del resto de España.

La información desvelada por el rotativo estadounidense reviste una especial gravedad, al tratarse de un intento de las fuerzas separatistas de conchabase nada menos que con el siniestro régimen liberticida de Putin, despiadado enemigo –digo sea de paso– tanto de los movimientos nacionalistas que operan en el seno de Rusia como de la integridad territorial de países que se liberaron del yugo soviético hace sólo unos decenios, como Georgia o Ucrania..

"Muchos de los funcionarios con los que se reunió [Alay] en Moscú están involucrados en lo que se ha conocido como la guerra híbrida del Kremlin contra Occidente", prosigue el NYT. "Se trata de una estrategia a varios niveles que emplea propaganda y desinformación, financiación secreta y movimientos políticos desestabilizadores, ataques informáticos y fugas de información".

Las negociaciones entre la gente del golpista prófugo Carles Puigdemont y los secuaces de Putin fructificaron de algún modo en el llamado Tsunami Democràtic, banda organizada de oscura financiación responsable del asalto al aeropuerto de El Prat y del corte de la conexión por carretera con Francia tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procès.

No cabe extrañarse a estas alturas de la deslealtad del separatismo ni de su capacidad de traición, pero bien está que sus cambalaches mafiosos queden reflejados negro sobre blanco en los medios internacionales, para vergüenza de los que, como el propio NYT, contribuyeron en algún momento a blanquear el golpe de Estado secesionista.

Pero estas revelaciones de tan amplia repercusión internacional ponen también a Pedro Sánchez frente a su tremenda responsabilidad como gran valedor de unos golpistas indultados que, como ellos mismos afirman, están dispuestos a traicionar a Cataluña y al resto de España.

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