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Pablo Molina

Cinco razones para aplaudir al nuevo Gobierno de Castilla y León

Cada noticia de los telediarios de La Sexta es otro motivo más para descorchar una buena botella de cava español. Como esto dure, terminaremos fatal.

Cada noticia de los telediarios de La Sexta es otro motivo más para descorchar una buena botella de cava español. Como esto dure, terminaremos fatal.
Juan García-Gallardo y Alfonso Fernández Mañueco. | Photogenic/Claudia Alba / Europa Press

La toma de posesión de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de la Junta de Castilla y León es una gran noticia para los ciudadanos de aquella región, pero también para el resto de españoles que mantenemos, digamos, ciertas discrepancias sobre la manera de gobernar de Sánchez y su banda. Hay varias razones de peso para aplaudir este Gobierno de coalición PP-Vox, pero estas cinco son suficientes para ir poniendo el cava a enfriar.

  1. Los rojos echan espumarajos. Es un verdadero placer ver a Eduardo Madina haciendo malabarismos neuronales para tratar de explicar que el brazo político del grupo terrorista que intentó asesinarlo es un dechado de virtudes democráticas y Vox una amenaza para nuestra libertad. ¿Y qué me dicen de Carmen Calvo Poyatos, catedrática de Derecho Constitucional, dudando de la constitucionalidad del nuevo Ejecutivo castellano leonés? Cada vez que hablan, Vox gana 50.000 votos y el PP otros 25.000. La histeria colectiva desatada en los medios de izquierdas por esta coalición liberal-conservadora es, por sí mismo, motivo suficiente para alegrarse del pacto.
  2. La coalición en CyL es solo la primera de todas las que vendrán y el banco de pruebas para la gran coalición, que ya no será de PP y PSOE, sino de Feijóo con Abascal. De su funcionamiento eficaz y la leal colaboración de ambos partidos en el Ejecutivo de Fernández Mañueco dependerá en gran medida que la izquierda pierda las próximas elecciones generales. El primer paso ya está dado.
  3. Veremos a Vox gestionar un presupuesto público. Hasta ahora, el partido de Abascal se ha movido en la comodidad de la oposición, donde todas las promesas tienen cabida porque a nada comprometen realmente. Ha llegado el momento de gestionar directamente carteras importantes como la de agricultura, con presupuestos nada desdeñables. Una gestión austera y eficaz será el contraejemplo perfecto al despilfarro y la chorrada que caracterizan a los gobiernos de izquierdas.
  4. La propaganda al grito "que vienen los fascistas" se convertirá en un argumento ridículo. Los ciudadanos están cada vez más hartos del bombardeo mediático de la izquierda contra un acuerdo de legislatura perfectamente democrático, mientras los mismos que denuncian esta amenaza fascista se unen a lo peor de la política mundial. Cuando pasen los meses y la vida de los castellanoleoneses mejore en un entorno de libertad, el intento de aterrorizar a todo el mundo con la ultraderecha habrá perdido todo el sentido, si es que alguna vez lo tuvo.
  5. La izquierda desaparecerá del mundo rural. Ya lo ha hecho en zonas donde se ha empleado a fondo en acabar con la agricultura o la ganadería, que dan empleo a centenares de miles de familias, la mayor parte de ellas muy desfavorecidas y procedentes de la inmigración. El impulso de Vox al sector primario en el ámbito rural puede ser determinante para que el voto de la España más luchadora huya de la izquierda para siempre jamás.

Hay muchas más razones, claro. De hecho, cada noticia de los telediarios de La Sexta estos días es otro motivo más para descorchar una buena botella de cava español. Como esto dure, vamos a terminar fatal.

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