Ese ser que responde al alias artístico de César Strawberry acaba de ser absuelto por el Tribunal Constitucional del delito de enaltecimiento del terrorismo en lo que se considera un paso decisivo en el progreso de la libertad de expresión. A partir de ahora se puede escribir que Ortega Lara merece que le secuestren, que habría que ponerle una bomba al Rey y que los Grapo no estaban tan mal. Si el Constitucional lo dice...
Strawberry ha dispuesto de dos grandes abogados, el exterrorista Gonzalo Boye, condenado por colaborar en el secuestro de Emiliano Revilla, y su señora, Isabel Elbal, letrados de personalidades como Carles Puigdemont y Quim Torra o del asesino de extrema izquierda Rodrigo Lanza. El etarra Josu Ternera es el último fichaje del despacho. A la mayoría de seres humanos les costaría compartir abogado con un asesino o un terrorista, pero como dijo Rafael el Gallo, hay gente pa to.
En la cuenta de Twitter del absuelto consta además el apoyo de personajes como el ministro de Consumo, Alberto Garzón, o el portavoz de los podemitas catalanes Jaume Asens, letrado y gran amigo de Boye. Strawberry se codea con la flor y nata del poder y no son pocos los medios que este miércoles le dedican artículos, entrevistas sumamente favorables y toda clase de parabienes.
Según la sentencia del Constitucional, de la que ha sido ponente el magistrado progresista Juan Antonio Xiol, el Supremo vulneró la libertad de expresión del sujeto, toda vez que sus mensajes deben encuadrarse en la "crítica política y social". Magnífico. Proponer el secuestro de Ortega Lara no sólo queda amparado bajo la libertad de expresión, sino que es una muestra de "crítica política y social". Va bene, Xiol, eres un fenómeno. Qué sería de la libertad de expresión sin jueces como usted.
En una entrevista que practica eldiario.es a Strawberry, el cantante asegura que "cualquiera que ose cuestionar mi inocencia tendrá que enfrentarse a las consecuencias legales". Así que semejante invertebrado amenaza con recurrir a la Justicia si alguien, un suponer, considerase que es culpable de apología del terrorismo, además de un miserable, un mamarracho y un bobochorra del tamaño de una catedral. ¿Y la libertad de expresión entonces qué, Strawberry? ¿Dónde queda? ¿Y qué harás? ¿Querellarte? ¿Llamar a Boye, el exterrorista, para que ponga una denuncia?
Está claro que los tiempos están cambiando. Se despenaliza la apología del terrorismo, se pacta en el Congreso con los herederos de ETA y se quiere ilegalizar a Vox. Mandan los colegas de Strawberry y si a alguien se le ocurriese llamarles lo que se merecen, sin duda alguna se le acusaría de un delito de odio.