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Pedro de Tena

Propongo un referéndum nacional

"¿Está usted de acuerdo en modificar la Constitución para acomodar a los separatistas en el seno de la España democrática?".

Primero lo formulo y luego lo argumento. La pregunta de la consulta sería la que sigue: "¿Está usted de acuerdo en modificar la Constitución para acomodar a los separatistas en el seno de la España democrática?". La respuesta no admite interpretaciones ni malentendidos. Sí o no.

Lo que motiva mi propuesta es la profunda inquietud, y la creciente decepción, ante unos partidos políticos que se llaman constitucionalistas pero que, al parecer, preparan el entierro de la actual Constitución sin pedir permiso a nadie. El derecho a decidir tan relevante cuestión no es el derecho de un puñado de políticos proclives a un infame pasteleo, sino de todos los ciudadanos.

Lo ocurrido estos últimos días clama al cielo. Diré que es repugnante que haya llanto y crujir de dientes, además de murmuraciones, para que unos delincuentes políticos que han causado sufrimiento general a Cataluña y a España salgan, o no entren, en la cárcel. Que el PP y el PSOE estaban en ello, era conocido. Que Ciudadanos se haya inclinado a apoyar esta vergüenza, es la gota que colma el vaso. El millón de catalanes que se manifestaron contra el sufrimiento infligido por los separatistas no tiene quien los defienda. El resto de los españoles, tampoco.

Añadiré que la huelga tapón de ayer (en los manuales de sindicalismo la huelga tapón es la que con muy pocos efectivos personales se consigue un gran efecto social y político), usando piquetes de niños en las carreteras y exhibiendo la complicidad de las fuerzas de seguridad del Estado, pasará a los anales de la desvergüenza moral de quienes tienen el poder de usar la fuerza en defensa de la democracia. Eso sí fue la dictadura de unos pocos sobre la mayoría de Cataluña. Eso sí fue una dejación clamorosa de funciones del gobierno Rajoy aque consiente que el atentado contra España siga en activo.

Por si fuera poco, hemos conocido con estupor las palabras de todo un ministro de Asuntos Exteriores concediendo ya carta de naturaleza a una modificación de la Constitución para dar amparo a los separatistas catalanes en el seno de una España democrática. Dado el poder que ya tienen en esta Constitución – desde ley electoral a control de la educación, desde influencia en los medios de comunicación públicos a control de los dineros e impuestos de la gente y otros -, me temo que lo que se quiere es proporcionar aún más poder a lo que es una minoría en Cataluña y en España. Si es cierto que una democracia se reconoce en cómo trata a sus minorías, no se olvide que se justifica por cómo respeta a su mayoría.

Pero lo que más indigna, y fundamenta la pregunta del referéndum propuesto, es la falta de sentido, común y menos común, de unos dirigentes políticos a derecha e izquierda que aún no han comprendido que el separatismo es una voluntad de poder político. Intelectualmente injustificada, arbitraria y totalitaria no se contentará jamás con nada que no sea la independencia total de España. Podrá aplazar tal objetivo por razones de su interés, pero no renunciará a él. La solución no está en allanarle el camino para repetir un golpe de Estado, sino en hacérselo impracticable. Habrá sufrimiento, cierto, durante un tiempo, pero habrá futuro y claridad para todos.

Este referéndum es ya absolutamente necesario tras la celebración de las elecciones catalanas de diciembre y, en mi opinión, debería tener lugar juntamente con unas elecciones generales ya inaplazables. Los españoles de a pie tenemos derecho a decidir democráticamente sobre el destino de España en este desafío histórico y tenemos derecho a elegir a quienes representen realmente nuestros intereses generales.

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