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El PP, ¿procurador en Cortes del grupo Prisa?

LD (V. Gago) El PP preguntará el próximo miércoles a la vicepresidenta del Gobierno sobre el contrato recientemente adjudicado por RTVE a Mediapro para la distribución en América de contenidos de la televisión pública. La popular Macarena Montesinos interrogará durante la sesión de control parlamentario a María Teresa Fernández de la Vega en los siguientes términos: "¿Ha tenido algo que ver el Gobierno con la decisión de RTVE de adjudicar en exclusiva a la productora Mediapro la distribución para América de su Canal Internacional y de su servicio 24 Horas?".
 
El interés del PP en este contrato coincide con el del diario El País en hostigar al presidente de RTVE, el antiguo empleado de Prisa Luis Fernández, no sólo por sus tratos con Jaume Roures –adversario de la familia Polanco en la enconada guerra del fútbol–, sino por haber adquirido para La 2 los derechos de la Premier League, el Campeonato Mundial de Motociclismo y de algunos de los partidos de la Serie A del Calzio. Parte de esa oferta –en concreto, las carreras de motos– era pretendida por Sogecable para su canal en abierto Cuatro y parte –la Premier– para su plataforma de televisión de pago, Digital Plus.
 
Una fuente autorizada del Grupo Parlamentario Popular ha comentado este lunes a Libertad Digital que "no ha habido ninguna instrucción, al menos desde el Grupo, para llevar esta pregunta al Pleno". Otra versión publicada este lunes apunta lo contrario: una posible concertación al más alto nivel entre Sogecable-Prisa y el PP para acosar a Fernández.
 
"Las preguntas de este pleno se registraron el pasado miércoles, casi como de costumbre. La única variación ha sido que el jueves fue festivo y las preguntas tuvieron que registrarse un día antes. Pero no hubo indicación especial o prioridad sobre cualquiera de ellas", explica a LD la misma fuente.
 
El País ha seleccionado con la mayor precisión sus objetivos para deshacerse de molestos competidores en el entorno de Rodríguez Zapatero, sin llegar a tocar al presidente.
 
Uno de ellos es el director de la Casa de América –amigo de Zapatero y consejero sobre la estrategia de comunicación–, Mariano Barroso; el otro, Luis Fernández.
 
Al primero, le achacan la apuesta de Zapatero por el desarrollo de un nuevo grupo multimedia afín al PSOE, liderado por Roures.
 
Al segundo, le culpan de disputar a Sogecable los derechos de emisión de espectáculos estratégicos para el negocio televisivo de Prisa. Las informaciones intencionadas contra la reputación o la honorabilidad de ambos han empezado a publicarse en el buque insignia de la familia Polanco, El País.
 
De Luis Fernández han sacado un contrato supuestamente poco transparente con Mediapro.
 
De Barroso, han destapado un posible caso de incompatibilidad profesional entre su cargo en el Gobierno y sus intereses empresariales en una productora de televisión junto a Roures.
 
El presidente de RTVE intentó ejercer su derecho de rectificación en El País, aunque sin éxito. Por menos, el director de La Razón acaba de ser condenado a seis meses de cárcel. Mucho más comedido ante el gigante Prisa, el presidente de RTVE no ha acudido a los tribunales, sino al Comité de Ética Profesional de la Asociación de la Prensa de Madrid a quejarse de la censura de El País. Algo dirán del caso, un siglo de estos, en el venerable gremio.
 
Y el PP, que pasaba por allí, se ha anotado un mérito indiscutible, incluso para  la exigente evaluación de genuflexiones del imperio de Prisa. Reconocer, además, que lo han hecho porque Juan Luis Cebrián se lo ha pedido a Mariano Rajoy habría sido demasiado.
 
Después acatar los insultos que el difunto Jesús Polanco dedicó al PP en la última Junta de Accionistas de su vida y prendieron la mecha de una de las fugaces bengala de indignación típicas de Rajoy; después de haber desfilado dócilmente por el escaparate de El País, desde Juan Costa en la sección de catástrofes climáticas a Soraya Sáenz en la de almuerzos con Natreen, pasando por un fijo en la Casa como Alberto Ruiz-Gallardón; apagada y bien chamuscada la rápida combustión señalética del orgullo, sin que nadie les haya pedido perdón en público por haberles llamado en público "guerracivilistas" y "extrema derecha"; y mientras los medios del grupo Prisa siguen donde siempre han estado, es decir, en el odio sectario a la derecha liberal y en la propaganda naif del PSOE, descubrir ahora que, encima, Rajoy hace de recadero de Cebrián en el Congreso de los Diputados sería un poco heavy para la militancia popular, de natural sufrida como la del Atleti, pero en ningún caso masoca.
 
Además, ¿qué interés iba a tener el bueno de Cebrián en hacer la vida imposible a su ex empleado Luis Fernández, ahora que una hija de Juan Luis, Eva -¿Por qué todas las hijas de directivos del grupo Prisa se llaman Eva? Extraña fijación, digna de análisis–,  acaba de dejar la representación profesional de Bisbal para incorporarse como directora de Programas de RTVE? Como dirían en Sicilia, la familia une más que los negocios.
 
Lo del PP y su interés en lo que interesa a El País es simple coincidencia, o eso parece.

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