
Un tribunal de la ciudad inglesa de Leicester juzga desde el pasado lunes a Julia Wandelt, la joven polaca que se hizo famosa por afirmar que es Madeleine McCann y que fue detenida el pasado mes de febrero en Reino Unido, acusada de acoso a la familia de la niña británica que desapareció cuando veraneaban en el Algarve portugués en 2007.
Según ha argumentado la acusación, la joven habría estado molestando a los McCann durante más de dos años, con llamadas y mensajes constantes, hasta el punto de llegar a presentarse en su domicilio. "El nivel de estrés y ansiedad que esto me causaba aumentó con el tiempo", ha reconocido Kate McCann ante el tribunal.
Solo en abril de 2024, Julia habría intentado ponerse en contacto telefónico con los padres de la pequeña Maddie en más de 60 ocasiones. Dejaba mensajes en el contestador asegurando que no es "una mentirosa" y rogándoles que le dieran "una oportunidad". La gota colmó el vaso cuando la joven —de 24 años, en la actualidad— se acercó a los hijos del matrimonio.
Niega las acusaciones
La polaca, por su parte, sigue insistiendo en que fue secuestrada cuando era niña y tiene algunos recuerdos que le hacen pensar que ella es la niña británica que fue raptada mientras dormía con sus hermanos en la habitación del apartamento vacacional que habían alquilado sus padres. Tanto es así que rompió a llorar cuando escuchó que ella no era Madeleine y tuvo que salir de la sala unos minutos para calmarse.
Se vivieron algunos momentos de tensión. Mientras Kate McCann declaraba tras una cortina, la joven le gritaba: "¿Por qué me haces esto?". Ella niega haber acosado a los McCann. Acusación que también rechaza su presunta cómplice en Reino Unido, una mujer de 61 años llamada Karen Spragg que se encontraba con la joven en el momento de su arresto, que la acompañó al domicilio de la familia en diciembre de 2024 y que mantiene las mismas tesis que Julia.
Pero lo cierto es que no hay pruebas biológicas verificadas que las respalden, según la fiscalía. El ministerio público ha revelado además que la chica contactó en agosto de 2023 con la organización Missing Years Ago asegurando ser otra menor: Inga Gehricke, conocida como la Madeleine alemana debido a que desapareció en similares circunstancias. Para entonces, la polaca ya había anunciado a bombo y platillo en las redes que estaba segura de ser Madeleine McCann.
"La verdadera Madeleine"
Julia Wandelt salió a la palestra el 14 de febrero de 2023 como la verdadera Madeleine McCann. No era la primera joven que afirmaba algo parecido. Ella lo hizo a través de una cuenta de Instagram que empezó a subir de seguidores como la espuma. En apenas unos días alcanzó el millón de followers.
Según aseguraba, no le había quedado más remedio que hacerlo así porque había recurrido a los investigadores del caso de la menor británica y también a la policía de su país, pero nadie le había prestado atención. Ella reclamaba que le practicaran las pruebas de ADN, para tener la certeza de si era o no la pequeña Maddie. Ella decía estar segura de que sí.
Entre otras cosas, por las similitudes físicas. Ambas son rubias, de ojos claros y tienen un defecto hereditario en el iris derecho. Un coloboma ocular (fractura o falta de tejido), que es poco frecuente y se manifiesta en forma de mancha oscura. También coincidirían algunas pecas y lunares, en la mejilla izquierda y en la pierna. Y habría cierto parecido entre sus dentaduras, barbillas y orejas.
Las pruebas de Julia
Sus videos se hicieron virales pero -en paralelo- comenzaron las críticas y las investigaciones sobre su pasado. Salieron a la luz todos sus fantasmas, desde sus intentos por triunfar en la música a su faceta como creadora de contenidos para adultos (eróticos/pornográficos). No obstante, algunos aspectos de su vida resultan extraños. El más llamativo es que en su historial médico no hay registros anteriores a los 5 años de edad.
Tras varias idas y venidas —enfado con su representante médium incluido—, Julia apareció de nuevo con los resultados de unas pruebas genéticas que demostrarían que "no soy 100% polaca". "Mis resultados de ADN reales muestran que soy parte británica y parte irlandesa", afirmaba. "Fueron analizados e interpretados por un experto mundial muy respetado y reconocido, el Dr. Monte Miller", aseguró.
Supuestamente, las muestras de ADN con las que se habría comparado su material genético serían: "cabello obtenido del suelo de la escena del crimen" y "saliva obtenida del edredón de la cama". "Los alelos del niño (perfil de Julia Wandelt) pueden explicarse completamente como heredados del perfil del padre (ADN de McCann)", habría concluido, "ya que los datos se alinean perfectamente con una relación padre-hijo".




