Juegos Olímpicos

Pese al impresionante dispositivo de seguridad, compuesto por unos 3.000 agentes, la antorcha olímpica apenas fue visible en París, desde donde puso rumbo a EEUU. Igual que ocurriera en Londres, las protestas en favor de los derechos humanos en China y en contra de la represión de la dictadura en el Tíbet empañaron el carácter festivo del acto. La organización sufrió más de un traspiés y apagó hasta en dos ocasiones la llama que tuvo que ser escondida en un autobús.

Londres se ha visto obligado a blindar el recorrido de la antorcha olímpica por la capital británica, sede de los Juegos de 2012, ante la ola de protestas por la represión china en el Tíbet. El paso de los portadores ha estado lleno de incidentes, que se han saldado con treinta detenidos. Dos manifestantes intentaron apagar la llama olímpica con unos extintores y otro robar el pebetero.

Francia ha planteado tres condiciones "indispensables" para la presencia de su presidente, Nicolas Sarkozy, en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín en agosto. Rama Yade, la secretaria de Estado de Derechos Humanos, enumeró las restricciones en el vespertino "Le Monde":  éstas son el "fin de las violencias contra la población y la liberación de los prisioneros políticos, (que se haga) la luz sobre los acontecimientos tibetanos, y la apertura del diálogo con el Dalai Lama".

Continúa la represión de las fuerzas de seguridad de la dictadura china en la regiones autónomas del país asiático. Según informa el periódico británico The Times, la policía paramilitar ha abierto fuego contra los monjes tibetanos y manifestantes pro derechos humanos matando a ocho personas e hiriendo a otras tantas en una localidad al sur de Xinjiang.

Los graves disturbios y la represión llevada a cabo por el régimen chino en el Tíbet ya tiene cifras oficiales del Gobierno. La dictadura comunista ha reconocido que detuvo a más de 1.000 tibetanos durante los días que duraron los disturbios más graves. Estos incidentes pusieron en el punto de mira a Pekín en cuestión de derechos humanos a cinco meses de la celebración de los Juegos Olímpicos. Por su parte, los grupos tibetanos en el exilio subrayaron que el número real de personas fallecidas tras los actos de represión fue de 140, al menos 13 de ellas debido a los disparos de los de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes.

La UE ha descartado un boicot a los Juegos de Pekín pero ha condenado la represión en Tíbet. Sin embargo, varios estados miembros ya han confirmado que no enviarán representantes políticos a Pekín. Por ello, el régimen comunista dijo sentirse "sumamente insatisfechos" con los europeos y les avisó de que "la cuestión del Tíbet es totalmente un asunto interno". De este modo, obviando la represión, pidió a la UE que condene la violencia de los monjes.

Los Veintisiete, reunidos en la localidad eslovena de Brdo, han aprobado una declaración en la que piden el "fin de la violencia" en Tíbet, pero descartan por el momento presionar a Pekín con un boicot a los Juegos Olímpicos. Se alinean así con los llamamientos del Dalai Lama a favor de la "autonomía" de la región, al tiempo que apuestan por un diálogo constructivo.

 

Las recientes manifestaciones de Sarkozy acerca de un posible boicot a los Juegos Olímpicos se han traducido en una conversación entre el consejero de Estado chino y un diplomático de confianza del presidente francés en la que descartarían cualquier decisión sí el régimen comunista chino dialogara con el Dalai Lama.