Miguel Ángel Perera y Verónica Gutiérrez se dieron el "sí, quiero", en la catedral de Salamanca ante más de 700 invitados el pasado fin de semana.
Una boda muy taurina a la que asistieron numerosos compañeros y amigos del mundo taurino, como El Juli y su mujer Rosario Domecq (que está embarazada de tres meses de su tercer hijo), Pepín Liria, Enrique Ponce con Paloma Cuevas, que como era de esperar fue una de las elegantes, con un vestido azul claro por debajo de la rodilla, inspirado en los años 50 con el que estaba realmente guapísima... nada que ver con Lourdes Montes, que llegó con su recién estrenado marido, Francisco Rivera. La abogada que, según parece, quiere dedicarse a la moda, en concreto a diseñar vestidos de novia, para la ocasión eligió un traje negro largo muy poco apropiado para asistir a una boda.
Arantxa del Sol, acompañada de su marido, el también torero Finito de Córdoba, fue muy guapa con un traje rojo con gran escote a la espalda, obra de la diseñadora Juana Martín. Ese mismo color también lo eligieron Rocío Marín Berrocal, hermana de Vicky, que fue la encargada de de confeccionar el traje de la novia, que era una autentica bata de cola con volantes a media pierna y gran cola de más de 3 metros de largo. Y Marta González, la que fuera esposa de Miguel Palomo Danko, que acudió con su hermana Sonia y el novio de ésta, el cantante Juan Peña, que sorprendió a los novios regalándoles un tema improvisado.
Rafael Medina y su esposa, Laura Vecino, también asistieron al enlace. El chaqué del novio, en azul marino, color de moda desbancando al clásico gris, se lo encargó él mismo en la tienda propiedad del duque de Feria.
El mismo Perera comunicó a través de Twitter, un poco antes de salir hacia la catedral, que tanto su apoderado Fernando Cepeda como su mozo de espadas, David Benegas, fueron los encargados de ayudarle a vestirse. Explicó que ellos son los que siempre lo hacen cuando el diestro tiene que torear.
Una boda en la que no faltó ni el más mínimo detalle y todo estuvo perfectamente organizado por Carlos Telmo. Hasta hubo una suelta de palomas una vez terminada la ceremonia en la puerta del templo, cuando los novios hicieron su aparición, ya convertidos en marido y mujer. Salve Rociera, interpretada por El Mani, y un magnifico coctel, seguido de cena donde no faltó el tradicional cochinillo, todo del Hotel Doña Brígida. Felicidades.