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EDITORIAL

Dime de qué presume el PSOE...

La actitud que el PSOE suele tener en política es de una hipocresía sin límites y de aplicación sistemática de una doble vara de medir.

La sesión de control de la Asamblea de Madrid de este jueves ha revelado una sorprendente noticia. En mitad del cada día más virulento combate dialéctico entre Ignacio González y Tomás Gómez, el presidente de la Comunidad de Madrid ha desvelado que un destacado aunque poco conocido socialista, el "coordinador financiero federal" del partido –un cargo equiparable al de gerente–, es miembro del consejo de administración de una empresa dedicada a las infraestructuras.

La noticia no tendría mayor relevancia si no diese la casualidad de que la empresa es Assigna, la misma para la que también trabaja Manuel Lamela, exconsejero de Sanidad de Madrid, circunstancia que había provocado un considerable escándalo en la última semana, azuzado con insistencia desde el PSOE y sus medios afines.

De hecho, poco antes de la revelación de González, un fatuo Tomás Gómez acusaba no sólo a Lamela sino a los cuatro últimos consejeros del área de estar "relacionados sin pudor, cuando no enriqueciéndose, con las empresas a las que están malvendiendo la Sanidad". Una acusación que es descaradamente falsa también en el caso de Lamela, que efectivamente adjudicó la construcción y el mantenimiento del Hospital del Tajo, pero no a Assigna.

La acusación de Gómez y la posterior revelación de González nos sirven de ejemplo y recordatorio de la actitud que el PSOE en particular, y la izquierda en general, suelen tener en política: una hipocresía sin límites y la aplicación sistemática de una doble vara de medir.

Hay ejemplos a docenas de ello: el primero, el propio Tomás Gómez, que no tiene empacho en cargar día tras día contra las "privatizaciones" del PP cuando él hizo lo mismo: gestionar una serie de servicios públicos a través de empresas privadas, siendo alcalde de Parla.

Ahí está también la tradicional crítica que se hace a los populares de "gobernar para los suyos", cuando el PSOE ha dado radicales ejemplos de sectarismo en la forma de beneficiar algunos lobbys –el de la "cultura", el gay- o a determinados grupos de comunicación regados con un maná sin fin de subvenciones y concesiones administrativas completamente arbitrarias; o esa farisaica división de la sociedad entre "ricos" y "pobres" mientras se acumulan ingentes patrimonios inmobiliarios y se llevan elevadísimos trenes de vida...

Una hipocresía que llega al ridículo cuando acusan a los populares de ser hijos o nietos de franquistas... los hijos y nietos de destacados personajes del régimen de Franco. Y un buen ejemplo de este comportamiento se puede ver en la misma Asamblea de Madrid, justo al lado del propio Tomás Gómez.

En definitiva, y como alguien dijo una vez, basta saber de qué acusan los socialistas a sus rivales... para saber qué están haciendo ellos.

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