
La exabadesa y líder del cisma de Belorado vuelve a estar bajo sospecha. Laura García de Viedma (sor Isabel de la Trinidad antes de ser excomulgada y expulsada de la vida consagrada, el pasado 22 de junio) está siendo investigada por vender 1,7 kilogramos de oro en lingotes de procedencia desconocida. Una transacción por la que habría recibido 130.000 euros, según en Diario de Burgos.
Este periódico asegura tener constancia de que "las exmonjas invirtieron una cantidad que podría rondar los 34.000 euros en este metal precioso a modo especulativo" en 2020. Pero la cantidad de metal adquirida rondaría los 300 gramos. La Policía Nacional busca por tanto de dónde salieron los 1.400 gramos restantes.
Libertad Digital ha podido corroborar la existencia de la investigación, de la que habría sido informada la Archidiócesis de Burgos por la propia policía, ante la posibilidad de que el metal proceda "de los fondos del monasterio, que no tendría capacidad legal para vender" o de "la destrucción de obras de arte del monasterio, que -por su valor artístico- no pueden ser modificadas".
Pero, como venimos contando desde hace meses, esta no es la primera vez que se ponen sobre la mesa presuntas irregularidades económicas cometidas por las exreligiosas que decidieron romper con Roma y salir de lo que ellas llama la "Iglesia conciliar (posterior al Concilio Vaticano II)" el 13 de mayo de 2024.
Pensión de una fallecida
Hace sólo unos días conocíamos que las cismáticas han estado cerca de tres años cobrando la pensión de una hermana fallecida el 21 de abril de 2022. La cantidad que habrían percibido de forma indebida ascendería a "unos 15.000 euros", señalan fuentes eclesiales muy cercanas al caso a Libertad Digital.
La comisión gestora, que administra las cuentas del convento desde que las exclarisas anunciaran el cisma y el arzobispo de Burgos -Mario Iceta- fuese nombrado comisario pontificio por el Vaticano, lo descubrió "hace un par de meses". En las cuentas del monasterio estaba entrando una prestación que no pertenecía a ninguna de las moradoras del cenobio.
Lamentablemente, no serán las exmonjas quienes subsanen lo que han tachado de "error". La Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu es quien va tapando todos los agujeros que las cismáticas y -sobre todo- su líder, la exabadesa que continúa aferrada al cargo, han dejado en los monasterio de Belorado, Derio y Orduña.
Sin incluir los 15.000 euros de la pensión de la hermana fallecida y la multa que su cobro indebido durante casi tres años pudiera acarrear, la federación ya habría proporcionado 225.000 euros para hacer frente a los gastos y obligaciones perentorias de los conventos. Cabe recordar que cuando el comisario pontificio comenzó a tutelar sus cuentas se encontró con que estaban sin blanca.
Venta de casullas en Wallapop
La comisión gestora informó hace unos meses de algunas de las presuntas irregularidades en las que las exmonjas habrían incurrido una vez que hicieron pública su declaración de cisma y el comisario pontificio asumió la gestión de los tres monasterios. Entre ellas, el desvío de ciertos ingresos relacionados con los conventos a cuentas personales, de las exreligiosas o de sus familiares.
Entre otras cosas, señalaba el comunicado, tenían constancia de la venta de "ornamentos litúrgicos" que había en los monasterios, a través de portales como Wallapop y Todocolección. Según informó El Diario de Burgos en su momento, las casullas -por ejemplo- estaban anunciadas a 250€ y lo que percibieron por ellas fue a parar a la cuenta "de un pariente próximo".
Arrendamientos no autorizados
Por otra parte, en el comunicado emitido por Archidiócesis de Burgos se explicaba que "en julio de 2024 la exabadesa (Laura García de Viedma) suscribe un anexo de contrato de arrendamiento con terceras personas de dependencias del Monasterio de Derio careciendo de representación y capacidad legal para realizarlo".
"No nos consta en las cuentas bancarias (que gestiona la comisión gestora) el ingreso de importe alguno por este arrendamiento", advertían. "Nuestros servicios jurídicos están estudiando el modo de proceder", añadía el documento, que —a pesar de todo— concluía con un nuevo ofrecimiento a "colaborar para su retorno al seno de la Iglesia católica".
Criadero de perros ilegal
Las fuentes consultadas, que conocen muy de cerca en funcionamiento de los monasterios españoles y han tratado a Laura García de Viedma, aseguran que ella "funciona a golpe de ocurrencia". También le pasó con "el criadero de perros que montaron, que era un negocio ruinoso además de ilegal".
Cabe recordar que la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos abrió un expediente sancionador a las entonces clarisas por tener un criadero de perros sin licencia. Se descubrió por las quejas de los vecinos y el rastro que habían dejado de esta actividad en las redes sociales.
Facturas sin pagar
A las presuntas irregularidades y a la mala gestión económica de los monasterios, habría que añadir los exquisitos gustos de la exabadesa que -según las distintas fuentes consultadas- habrían generado parte de las deudas contraídas por las hermanas. García de Viedma sería consumidora de "productos de alta gama" y el problema es que no los habría pagado en tiempo y forma. De ahí que uno de sus proveedores denunciara en los medios que se le debían casi 7.000 euros de una compra de ropa de cama de una "marca exclusiva".
Según pudo confirmar Libertad Digital, cuando la comisión gestora se hace cargo de los números del convento, el mencionado proveedor le remitió una factura que se le debían desde hacía meses y que ascendía a 6.900 euros. Unos 3.000 euros en sábanas de seda (cinco juegos de alrededor de 600 euros cada uno) y casi 4.000 euros en nórdicos de pluma de oca y cubrepiés de cama de terciopelo (otros cinco de cada cosa).






