Semana "horribilis" para la Familia Real británica desde que el viernes 17 de octubre se emitiera un comunicado del príncipe Andrés de Inglaterra, por el que decidía dar otro paso atrás después de abandonar sus funciones reales hace cinco años.
"Tras conversaciones con el Rey y mi familia inmediata y más amplia, hemos concluido que las continuas acusaciones contra mí distraen del trabajo del Rey y de la Familia Real. He decidido, como siempre, anteponer mi deber hacia mi familia y mi país. Mantengo mi decisión de hace cinco años de retirarme de la vida pública. Con el consentimiento de Su Majestad el Rey, considero que ahora debo dar un paso más. Por lo tanto, ya no usaré mi título ni los honores que me han sido conferidos. Como ya he dicho, niego rotundamente las acusaciones en mi contra".
Y es que la sombra de Jeffrey Epstein sigue siendo alargada, sobre todo con la filtración de nuevos correos electrónicos que siguen comprometiendo al príncipe Andrés y a su ex mujer Sarah Ferguson demostrando que mintieron. Asimismo, la publicación de las memorias póstumas de Virginia Giuffre 'Nobody’s Girl' (La chica de nadie), donde la víctima da nuevos detalles sobre sus encuentros con Andrés prometen ser una bomba.
El escándalo más grave llegaría cuando fue implicado en el caso Jeffrey Epstein, el financiero estadounidense acusado de tráfico y abuso sexual de menores. Tres años después del fallecimiento de Epstein en prisión, el escándalo se reavivó cuando una joven llamada Virginia Giuffre publicó una fotografía en la que aparecía con el príncipe Andrés abrazándola junto a la cómplice de Epstein, Ghislaine Maxwell, posteriormente condenada por cinco cargos, entre ellos el de tráfico sexual de menores.
El cortafuegos contra Andrés ha funcionado sólo unos días puesto que la Policía Metropolitana ha confirmado que "examina activamente" nuevas acusaciones, según las cuales Andrés habría ordenado a su escolta oficial, pagado con dinero público, investigar a Virginia Giuffre facilitando su fecha de nacimiento y número de la Seguridad Social con el fin de "encontrar información que la desacreditara". Unos datos que habría compartido con Epstein y que es un delito tanto en EEUU como en Reino Unido y que pueden acarrear hasta 15 años de cárcel.
Unas informaciones que, sin duda, vienen a marcar el malestar del pueblo británico. Según unos sondeos, más del 70 % de los británicos considera que Andrés debería perder también el título de príncipe, el único que conserva por derecho de nacimiento.
Sin duda, 2025 es el "annus horribilis" de Andrés, cuyo caso amenaza en ser, todavía más, una vergüenza institucional sin precedentes.


