Esta es una receta que puede combinar dos de mis comidas favoritas: las galletas y el queso. Es un entrante muy fácil y llamativo que irá bien para cualquier comida o merienda, obviamente si sois de merendar salado. Y es que las galletas saladas de queso son una delicia, que además podemos adaptar a nuestro gusto. Son especialmente buena opción para llevar como aperitivo a la playa o la piscina, ya sea a media mañana o por la tarde.
Es una gran satisfacción preparar galletas en casa, porque además de que son facilísimas y rápidas de preparar, puedes darte el gustazo de elegir los ingredientes que desees añadir y darle tu toque personal con cualquier ingrediente o especia extra.
Estas galletas saladas caseras de queso están realmente deliciosas. Eso sí, vigila bien el horno porque están listas en apenas unos minutos, y el queso se dora rápidamente.
Aunque tengamos en mente sólo las galletas dulces, para el desayuno, hay miles de variedad a cual más rica. Las podemos encontrar, a parte de las tradicionales galletas de hojaldre, rellenas de comporta de manzana, de chocolate, de crema de galletas lotus etc... Mil tipos perfectas para cada ocasión.
En Libertad Digital hemos entrado en la cocina para buscar un nuevo aperitivo, sencillo de preparar, que le pueda gustar a todo el mundo y que tenga muchas combinaciones de sabores posible para que nadie se quede atrás y, al que le gusten todas, no se aburra nunca de las galletas saladas.
Ingredientes (para cuatro galletas):
- 80gr de harina de avena sin gluten
- 80gr de queso parmesano
- un huevo de gallina
Preparación:
Lo primero que debemos hacer es mezclar la harina de avena con el queso en polvo y el huevo hasta tener una masa homogénea. Estiramos y damos la forma que deseamos a las galletas.
Ponemos a precalentar el horno a 180ºC. Colocamos las galletas en la bandeja del horno donde previamente ponemos un papel vegetal y las horneamos durante 15 minutos. Dejamos enfriar y metemos en un recipiente hermético para que se conserven durante más tiempo.