Bribón es un adjetivo muy ligado a la historia de Madrid y por eso en Bribón de Madrid quieren hacer ese homenaje a la persona hedonista y que lleva un estilo de vida marcado por el disfrute, sin perder la elegancia. Y eso es precisamente este restaurante que está en en el número 54 de la calle de Alcalá, un punto de encuentro del madrileño de toda la vida pero también de los visitantes que quieran conocer el estilo de vida más auténtico y distinguido de la capital.
Pero no sólo el ambiente refleja ese lado castizo y elegante, también su propuesta gastronómica que repasa los clásicos de la cocina madrileña con toques de otras culturas para deleite de cualquier comensal que se acerque a Bribón de Madrid. Como cuenta su director, Toni Jimeno, tienen "una carta sin grandes pretensiones" y por la que han viajado por toda España buscando proveedores de calidad para adaptar la carta a cada temporada.
El espacio ha sido diseñado por el estudio Cuarto Interior, que ha empleado telas con motivos florales en las paredes, maderas oscuras y terciopelos azules en las sillas paras lograr un ambiente clásico.
Este restaurante del Grupo Gunilla cuenta con una zona de ultramarinos donde comprar para llevar o degustar en las mesas altas del restaurante una cuidada selección de conservas. Tras la tienda de ultramarinos, las mesas de la sala, vestidas con mantel blanco, se despliegan en dos alturas para degustar una amplia y variada carta.
El restaurante cuenta, además, con una estupenda terraza que hará las delicias de los clientes que quieran disfrutar de su atractiva propuesta gastronómica al aire libre.
De los fogones se encarga el chef Diego López, o cocinero, como a él le gusta que le llamen. Un trabajador incansable que se ha hecho a sí mismo y que ha pasado por las cocinas de El Chiscón; La Broche, de Sergi Arola; Pan de Lujo y NO-DO, de Alberto Chicote; o Ramses, con Ricard Camarena. De ahí saca su inspiración: "Muy pocos chefs crean, yo me inspiro en los grandes cocineros con los que he tenido la suerte de trabajar y también en mis compañeros".
Y de ese bagaje y de ensayo, prueba y error, nació una carta pensada para gozarla en su más amplia extensión, tanto en su parte de comida como de bebida. Aunque los molletes, como el original de mejillones con patatas fritas, son uno de sus best sellers, la ensaladilla Bribón de Madrid (12,50€) te da muestras de que ha sido pensada, estudiada y probada a conciencia, con el toque perfecto de las piparras y una muy buena ventresca de atún.
"No tenemos una cocina de enunciados largos ni de muchos ingredientes ni ostentosa ni pretenciosa, intentamos tener buen género e intentar cocinarlo con respeto y que la gente esté a gusto y que digan: qué bien he comido aquí".
"No tenemos una cocina de enunciados largos ni de muchos ingredientes ni ostentosa ni pretenciosa, intentamos tener buen género e intentar cocinarlo con respeto y que la gente esté a gusto y que digan: qué bien he comido aquí", nos cuenta Diego López. Una afirmación que corrobora el director de Bribón, quien asegura orgulloso que "la frase que más nos dicen es: 'y encima he comido bien'".
Plato estrella aseguran que no tienen, pero sí que el público agradece el poder compartir casi todos los platos y los que más éxito tienen son la tosta de atún, la ensaladilla rusa, el steak tartar, los molletes, chuletas, tortilla vaga, calamares o el rape que viene porcionado.
Así que es el momento de probar además de esos imprescindibles de los que hablaré a continuación, unas deliciosas tortitas de maíz con atún rojo, chipotle y aguacate (18€/4 unidades). De hecho, nos aseguran que el atún es uno de sus platos más vendidos y que los sacan en otras dos opciones distintas: con dos huevos con tres yemas y patatas fritas hojaldradas o salteado a fuego y encebollado marino.
Bribón es uno de esos locales que se ha apuntado a la moda de restaurante y copas, algo que puede ir en detrimento de la calidad de su cocina, pero que en este caso no pasa. Como decimos su propuesta culinaria está a muy buen nivel y el hecho de que por las noches los fines de semana puedas acabar bailando con la animación de un DJ en directo es un plus para todo el que no se quiere desplazar de un lugar a otro para seguir con la velada.
Como cuenta Toni Jimeno, "lo que nos diferencia del resto es la experiencia global" que han ido adquiriendo con los distintos locales del grupo. Y Diego López cuenta que las expectativas en un restaurante con ese concepto eran muy bajas "por lo que era muy fácil levantarlas, pero hay que mantenerlas con la calidad y con la cocina".
Después de la tortita de atún llega un riquísimo steak tartar de vaca (18€) en el que cada uno le puede dar el toque picante que quiera ya que viene separado y presentado a modo de tapa.
Y de esa cocina castiza hecha con respeto te deleitas con unas extraordinarias albóndigas de ternera con patatas fritas (19€). Por no hablar de los medallones de rapito crujiente y cebollita francesa glaseada en su jugo (22€), un espectáculo en toda su extensión de la palabra.
Para los golosos una selección de cinco postres del que nos quedamos con el cremoso de chocolate, bizcocho aireado y pepitas de oro (7€).
Bribón de Madrid es un restaurante que te evoca a lo más castizo y es perfecto para disfrutarlo con amigos, con tu familia, con tu pareja o, si eres muy bribón, hasta con tu amante en una propuesta que recorre desde el aperitivo hasta la comida y cena ambientada con DJ el fin de semana. Y como lo que quieren es "que lo que comes esté bien pagado", su ticket medio ronda los 40€.
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