Las Bodegas Cepa 21 engloban todo lo mejor que ofrece la tierra pero mejorado gracias al buen hacer de su presidente José Moro en los viñedos y del chef Alberto Soto en los fogones del Restaurante Cepa 21.
Aunque lo lógico es empezar por la visita a las bodegas, en este artículo vamos a empezar por la experiencia gastronómica en un restaurante que tiene la distinción El Plato en la prestigiosa Guía Michelin y 1 Sol de la Guía Repsol. Es el lugar perfecto para maridar sus vinos con una cocina en la que el chef muestra su concepción de la cocina castellana de sabor y tradición vista desde de una perspectiva innovadora.
En esta ocasión tuvimos el privilegio de contar en la mesa con el gran José Moro que entre plato y plato explicaba las bondades de cada vino que tomamos: Hito Rosado, Cepa 21, Malabrigo y Horcajo.
Para acompañar a Hito Rosado, un vino joven pero que no deja indiferente a nadie, que se deja querer con su expresividad, que muestra sus notas florales desde la primera copa de la versión más aromática de la variedad Tempranillo, probamos unos deliciosos bocados de ensaladilla, queso de oveja, paté de lechal y vino y patata brava. Un perfecto comienzo que te invita a seguir con atención las explicaciones del presidente de las bodegas y los platos que vienen a continuación.
Nacido en Palencia, el chef Alberto Soto sintió la vocación de cocinero desde niño. Tras formarse en la Escuela de Hostelería de Moralzarzal de Salvador Gallego, desarrolló su carrera profesional en diversos restaurantes de renombre de toda España, así como en el servicio de catering del propio Salvador Gallego. En 2007 comenzó a dirigir el restaurante gastronómico Cepa 21. Años más tarde, Alberto Soto se puso al frente del Palacio del Postigo, en Mojados. En 2017 decidió volver a su Palencia natal para abrir un restaurante en el que, bajo el nombre Ajo de Sopas, ofrece una revisión de la cocina castellana.
El restaurante Cepa 21 cuenta con un espacio amplio, luminoso y con una decoración modernista, elevado sobre los viñedos para disfrutar de unas magníficas vistas e integrado a la perfección con la arquitectura de la bodega. Una fusión tan perfecta como la que disfrutas en el restaurante con el menú degustación elaborado por Alberto Soto del que nos llega a la mesa una muy buena y refrescante leche de tigre y huancaína, una salsa típica peruana. También una sorprendente ensalada mixta, por su gran sabor y su exquisita presentación.
Para estos platos disfrutamos de Cepa 21, la alma mater de la bodega, el vino que presenta a la perfección la tradición de la viticultura y su vocación innovadora. Un tempranillo intenso y frutal, con una complejidad propia de su calidad y con una elegancia marcada.
La cocina de Soto se basa en rescatar recetas y sabores tradicionales de Castilla y León, principalmente, pero desde un punto de vista innovador, jugando con las texturas, los aromas y las presentaciones. Alberto Soto siempre apuesta por emplear productos de cercanía y de temporada, adaptando sus creaciones a la época del año.
Seguimos disfrutando de este viaje culinario y enológico con un buenísimo ajoblanco y espárrago y otro muy buen plato de pescado y calamar acompañados por el vino Malabrigo, el vino más emblemático que recibe el nombre de la parcela de la que provienen las uvas de excelente calidad con las que se elabora. Un tinto de extraordinario carácter en el que la palabra "elegancia" brilla en cada copa.
Para finalizar esta experiencia global disfrutamos de una exquisita hamburguesa de lechazo y foie regada con Horcajo, un vino con personalidad y finura de este tinto 100% Tempranillo que también proviene de la parcela que le da nombre. Elaborado a partir de uvas de excelente calidad, brilla cada vez que es descorchado, demostrando que su elegancia no tiene fronteras.
En el apartado de los postres, una muy buena crema a base de cítricos, una tarta de chocolate y avellana y un bombon y un macarron deliciosos.
Este restaurante es el lugar perfecto para comenzar o terminar una visita a una bodega que destaca por su elegancia arquitectónica y de la que hablamos a continuación. Este Gran Menú Cepa 21 cuesta 75€ y tienes la opción de uno menor, el Menú Cepa 21 por 65€.
Unos vinos de altura
Acudir a Cepa 21 te brinda la oportunidad de visitar una bodega ubicada en la conocida como milla de oro de la Ribera del Duero, exactamente en el pueblo vallisoletano Castrillo de Duero, a escasos kilómetros de Peñafiel.
Destaca su elegancia arquitectónica a modo de balcón a la Ribera del Duero, rodeada de viñedos y construida en total integración con el entorno, con una moderna arquitectura, un diseño minimalista y unas vistas de ensueño que hacen de Bodegas Cepa 21 una de las apuestas más atractivas del sector.
Tras dejar después de 30 años las Bodegas Emilio Moro, José Moro se entrega en cuerpo y alma a las Bodegas Cepa 21 en las que ha sabido unir tradición y modernidad en un terroir único. En su apuesta por potenciar lo mejor de la tierra ha optado por viñedos de orientación norte para conseguir vinos con alma.
Los suelos son principalmente arcillosos, pedregosos y calizos y gracias a que las lluvias son moderadas, con veranos secos e inviernos largos con heladas se define este clima continental en el que la uva de variedad tempranillo es la que mejor se adapta a esta tierra y la que le aporta el alma a estos vinos.
Sus suelos arcillosos tienen una buena retención de agua para aportar estructura y carácter a los vinos. Son secos y áridos para dotarles de elegancia y complejidas. Y son pedregosos, con baja retención de agua para aportar madurez y melosidad.
La uva reina en Cepa 21 es tempranillo y producen uvas pequeñas y racimos sueltos necesarios para producir vinos robustos y elegantes.
El enclave en el que está situada la bodega es una nota fundamental para el resultado final. El Norte es la clave de la frescura y la orientación que les diferencia. Sus viñedos se sitúan en laderas norte buscando menos temperatura para conseguir una uva con una madurez más larga y unos vinos con una frescura más duradera. Los vinos de Cepa 21 están presentes en 45 países de Europa, América y Asia.
En un turismo tan de moda como el enológico, te ofrecen una manera diferente de vivir la Ribera del Duero, de sentir su esencia, de deleitarse entre viñedos, de asomarse a un balcón exclusivo y disfrutar del entorno. Tienes la posibilidad de disfrutar de su experiencia de enoturismo desde los 15 a los 45 euros.
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