Viajó a Nápoles para denunciar y ridiculizar su influencia social y la corrupción simbiótica con la ciudad. Ha denunciado el genocidio nazi y el racismo haciéndose pasar por un skin-head, ha denunciado el terrorismo de ETA paseando ensangrentado y portando un falso cadáver por las calles de San Sebastián, recreó el zulo donde estuvo secuestrado 532 días Ortega Lara. Pero esto ha sido "lo peor" confiesa a Libertad Digital. Les amenazaron de muerte, les boicotearon y tuvieron que huir, escondidos en un coche, de Nápoles.
