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Santiago Navajas

España no es país para conquistadores

Cualquier retrato de Hernán Cortés hecho por un cineasta español sería seguramente análogo a la restauración del Ecce Homo de Borja.

Cualquier retrato de Hernán Cortés hecho por un cineasta español sería seguramente análogo a la restauración del Ecce Homo de Borja.

Los héroes españoles no tienen en su propio país quienes les canten la cólera, narren sus aventuras, rueden sus gestas. Quizás sea mejor así. Dado el habitual complejo en España de la derecha y el resentimiento de la izquierda hacia su propio país, cualquier retrato de Hernán Cortés hecho por un cineasta español sería seguramente análogo a la restauración del Ecce Homo de Borja.

¿El mejor Hernán Cortés, por tanto, es el que no existe? Cinematográficamente hablando hasta ahora ha sido así. Pero de vez en cuando se anuncian proyectos sobre el conquistador español que hacen soñar con una adaptación a la gran pantalla del gigantesco personaje extremeño. A la grande o a la pequeña. Porque es con la HBO con la que Martin Scorsese trabaja para una adaptación en territorio mexicano con la colaboración del productor Gastón Pavlovich, con el que ya trabajó en su magistral Silencio, y con Benicio del Toro como mejor candidato a interpretar a Cortés. El actor puertorriqueño ha declarado sobre el proyecto.

"La idea es hacer una serie no solamente sobre él, sino sobre la conquista de México y el choque cultural entre los aztecas y los españoles, y que refleje toda la manipulación de ambos lados".

Pero este proyecto tiene un competidor: Steven Spielberg que se ha fijado en el español Javier Bardem para interpretar al compatriota del actor. ¿No es España país para héroes? Aunque más que competidor parece ser complementario el proyecto de Spielberg al de Scorsese, al menos si tenemos en cuenta su (posible) título: Moctezuma. El plan de Spielberg es de rancio abolengo porque tiene su origen en un guión escrito por Dalton Trumbo, célebre también por haber sido uno de los damnificados por la "caza de brujas" en Hollywood, aunque sería reescrito por Steve Zaillian que ya hizo el guión para Lincoln.

Mientras termina por concretarse alguno de estos proyectos, podemos echarle un vistazo al documental titulado Hernán Cortés. Un hombre entre dios y el diablo. Es decir, trata de bucear en los hechos que dieron lugar a que fuese considerado un súper héroe durante la conquista y a un villano durante la independencia, en cualquier caso, un mito. En este caso, el intérprete de Hernán Cortés es el también español Fernando Retes y cuenta con la ventaja de haber sido rodado en lugares originarios como las playas a las que arribó Cortés y los templos aztecas donde se desarrolló su extraordinaria odisea, además de haberse rodado en los idiomas mexicas de entonces, como el maya y el náhuatl además, claro, del español. El documental subraya el aspecto del mestizaje que protagonizó Hernán Cortés, así como desmonta el mito oscuro del genocidio al mostrar que fueron enfermedades como la viruela las que devastaron a las poblaciones americanas (como antes la peste bubónica arrasó Europa).

Lo aparentemente paradójico es que ni España ni México han dedicado el esfuerzo que ha hecho Estados Unidos para mostrar a Hernán Cortés. España porque es el país donde más éxito tenido la Leyenda Negra en general y sobre Cortés en particular. México porque ha satanizado a Cortés como español que era como un modo de justificar la independencia del país, poniendo distancia de por medio con la "madre patria". Cecil DeMille realizó en 1917 una primera aproximación en The Woman God Forgot con su habitual estilo de cartón piedra. Más tarde, el artesanal Henry King rodó Captain from Castile (1947) centrado no en su etapa española sino en su enfrentamiento con Moctezuma. Que sea Tyrone Power el protagonista es el menor de los disparates en una película que competiría con aires de grandeza en una competición de las peores películas históricas jamás hecha.

Desde la parte mexicana y española se han rodado películas mediocres como La otra conquista (1998) e Hijos del viento (2000) respectivamente. En ambos casos, Cortés no es el protagonista principal, como si hubiese algo en su figura mitificada que le hiciera un pobre candidato para ser bien dibujado en una gran pantalla. Dado que parecía imposible hacer una película de calidad, en 2017 optaron por hacer una versión delirante de la conquista de México en la que Cortés no solo tenía que enfrentarse a los aztecas sino también a ¡unos dinosaurios furiosos y hambrientos! Si no lo ven, no se lo creerán. Los aztecas no arrancarían el corazón a sus víctimas para calmar a sus dioses sino a los tiranosaurius rex. Tiene su lógica...

Sin duda, lo mejor que se ha rodado sobre aquella época en tierras mexicas ha sido Apocalypto de Mel Gibson (2006). Aunque centrada en el conflicto entre los aztecas y las tribus de alrededor a las que esclavizaban y torturaban, en la secuencia final aparece alguien que podemos identificar como Hernán Cortés. Desde el punto de vista de la filosofía más que de la historia, La fuente de la vida de Aronofosky relata la vida de un hombre entre el pasado (siglo XVI) y el futuro (siglo XXVI) tratando de encontrar el remedio para su esposa moribunda. El trayecto por la España del Siglo de Oro ofrece una lejana reminiscencia de lo que debió de ser aquella época en tiempos de Hernán Cortés.

Volviendo al principio, desde luego haría falta un Scorsese o un Spielberg para saber captar cinematográficamente la mejor descripción de Hernán Cortés, que le debemos a Octavio Paz.

"No fue desde luego, un espíritu inmaculado ni un héroe sobrehumano (...) Pero puede decirse de él que era un héroe moderno que conocía bien las doctrinas de Maquiavelo (...) Es un personaje renacentista y un gran fundador".

Descripción precisa y justa la de Paz, mal que le pese tanto al presidente (de izquierdas) de la República de Mëxico como al presidente (también socialista) de la monarquía constitucional española. En cualquier caso, Cortés seguirá siendo el padre fundador de México y uno de los más grandes soldados que ha producido España. En una ocasión que José Bergamín gritó en una tertulia de izquierdistas "¡Gora ETA militarra!", Javier Pradera respondió con "¡Viva la gloriosa infantería española!". Parafraseando al intelectual de El País, el rey de España podría responder al requerimiento de López Obrador para que pida perdón con un "¡Viva Hernán Cortés!". Y Malinche...

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