Era la crónica de una muerte anunciada. La Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) -la patronal de los equipos de este deporte que tantos éxitos ha dado a nuestro país, tanto a nivel de clubes como de selecciones- aprobó el pasado mes de septiembre su disolución después de mucho tiempo en la cuerda floja y ante la notable falta de competencias federativas.
Lo cierto es que la LNFS ha sido un referente en la organización y promoción del fútbol sala en España durante los últimos 36 años, desde 1989. Y gran culpa de ello la tiene Javier Lozano.
El histórico dirigente toledano, que ha vivido el fútbol sala desde dentro en todos los estamentos -desde jugador a presidente, pasando por el cargo de seleccionador nacional-, ha concedido a Libertad Digital la primera entrevista a un medio de comunicación tras aprobarse la disolución de la LNFS.
Lozano se marcha con un sabor agridulce, con la satisfacción del deber más que cumplido, pero también con mucha pena al ver cómo su deporte va a terminar muriendo en España. "Matar la Liga Nacional de Fútbol Sala es un error gravísimo. Era un contrapeso a la Federación Española de Fútbol (RFEF): necesitas ese contrapeso para que el deporte pueda avanzar. Nuestro modelo es el de las ligas, que son unidades de negocio, frente al modelo de las federaciones, que son unidades administrativas: esa diferencia es importante porque nosotros, al ser una unidad de negocio, vivimos 24/7 por nuestro deporte; en la Federación no es igual porque está sobre todo el fútbol, las chicas, el fútbol playa... así que ni mucho menos se centran en el fútbol sala", lamenta un Lozano que se define como "uno de los últimos cruzados del fútbol sala".
¿Qué ha pasado? ¿Por qué se ha llegado a este punto? Javier Lozano lo tiene claro: "Fuimos decayendo hasta que en 2017 llegó la política, llegó Luis Rubiales. Y ahí se acabó. Dijo: 'Je suis l'Etat (yo soy el Estado). Empezó a quitar competencias, colocó a sus mineros para destrozar lo poco que quedaba. El interés hacia este deporte se ha ido desvaneciendo: a nivel local puede que funcione, pero no así a nivel nacional, y cuando no consigues salir fuera de tu círculo endogámico, como ocurre con todas las endogámicas, acabas muriendo".
"Es verdad que con Rafael Louzán (actual presidente de la RFEF) ha mejorado mucho el talante, pero si no tienes el propósito con el que naciste, estar por estar no tiene sentido. Ahora mismo me veo con más competencias siendo presidente de la comunidad de vecinos que de la LNFS, así que los clubes me dijeron que si no estaba yo al frente, pues cerramos", lamenta un Lozano que sigue arremetiendo contra un Luis Rubiales al que define como "el Capitán Trueno pero sin capa". "Es un fenómeno, ha mandado al carajo el fútbol sala", lamenta con bastante ironía.
¿Y ahora qué? El fútbol sala "no desaparecerá" cómo tal en España, "pero se quedará como un deporte muy residual", con la RFEF organizando la competición a nivel nacional, pero que para Javier Lozano acabará muriendo. "Confiemos en esta gente (de la Federación), pero una vez que nos hemos desenganchado es muy complicado. Desgraciadamente nos va a costar mucho. Cuando hay guerra el único que pierde es el pueblo", dice.
"Con Louzán se intentan restañar las heridas. Se han vuelto a hacer cosas de sentido común, como el tema de los horarios y la pista azul, pero es muy complicado sobrevivir en este país donde está el fútbol, el tenis y tres cosas más, porque el resto de deportes peleamos por una pequeña porción de queso", dice el todavía presidente de la LNFS.
"Hemos hecho cosas increíbles. Una final de Copa con 12.650 personas en el Palacio de los Deportes, con 40 países televisando el evento, una fan zone en la Plaza de Felipe II... así que ahora da mucha pena ver todo esto. Confiemos en que volvamos a ver a nuestro fútbol sala arriba, pero francamente lo veo muy complicado", apuntó Javier Lozano con mucha nostalgia en la entrevista a Libertad Digital.