Se acabó. Marc Márquez ya es bicampeón del Mundo. Un logro, el de dos mundiales consecutivos, que en la era de las motos GP sólo ha conseguido Valentino Rossi. Ya sé que a veces cansa tanta estadísticas, récords y comparaciones, pero con Marc Márquez es imposible no hacerlas porque hacia tiempo que no se veía algo igual en el mundo de las motos. Once victorias, más de ochenta puntos de distancia con el segundo clasificado en la general del pilotos. Es decir, Márquez incluso con las sombras, que las ha tenido esta temporada, ha sido el mejor, prácticamente imbatible. Sólo él mismo en República Checa y San Marino y la lluvia en Aragón pudieron romper una racha que le ha situado en la páginas de este deporte junto a los grandes nombres del motociclismo: Doohan, Agostini, Rossi… Pero con una diferencia sustancial con todos ellos, es el piloto más prematuro en conseguir estos hitos.

Lo cierto es que España tiene que estar orgullosa porque nombres como lo fue Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo y ahora Marc Márquez son el resultado de un trabajo de mucha gente, de muchos años apostando por un deporte que nos ha apasionado y enganchado a muchos. Marc Márquez es la mejor expresión de lo que para algunos de nosotros significa este deporte. Audacia, valentía, descaro, alma de campeón y mucha, mucha ilusión al manillar. Y si concentramos todas estas cualidades, como si de un perfume se tratara, sale Marc Márquez.

Hace dos años, cuando asistí a los entrenamientos del IRTA en Jerez previos al inicio del Mundial, pude entrevistar al hoy bicampeón del mundo y sí me sorprendió esa humildad de la que todos hablan, pero lo que más me cautivó, fuera de la pista claro porque Márquez enamora con sus huecos imposibles y su ritmo infranqueable, fue su mirada, brillante, segura y desbordante de ilusión, de ganas. Algo que se apagó en la mirada de otros que fueron grandes, para muchos los mejores como Valentino Rossi y que de forma intermitente hemos visto en pilotos como Jorge Lorenzo, también español, y también bicampeón del Mundo.

Márquez sucede al mallorquín al igualarle en el número de mundiales de la categoría reina. Ha tenido en Lorenzo su adversario más duro, sobre todo en la segunda parte de la temporada y son los rivales más reconocidos dentro y fuera de la pista. Pero Márquez tiene algo más, ese algo más es magia. La que sólo se ve en deportistas como Rafael Nadal, Alberto Contador, Marc Gasol… Pero de nuevo con una diferencia con todos ellos, su juventud. Es el futuro, pese a ser también el presente del deporte español.

Gracias Márquez por este Mundial.