Emmanuel Adebayor se ha convertido en nuevo jugador del Real Madrid. El técnico portugués José Mourinho se ha salido con la suya y le han traído al nueve que exigía, con razón. Sin embargo, la duda que asalta ahora a los aficionados blancos es: ¿qué versión del futbolista va a aterrizar en el Bernabéu? ¿La de la estrella que prometía hace unos años o la de las últimas temporadas, con más episodios extradeportivos que goles?
Por un lado, existe el temor de que el togolés haya venido al Madrid porque es uno de los pocos clubes que puede pagar su altísima ficha, pero que va a seguir la tendencia de los últimos años. Y es que desde que abandonara el Arsenal por el Manchester City, en un traspaso no exento de polémica y después de que los nuevos dueños ricos de los citizens pagaran nada menos que 35 millones de euros, Adebayor ha sumado muchos más capítulos desagradables que lecciones de fútbol.
Ya en el Arsenal tuvo más de un altercado con rivales e incluso con propios compañeros, como el enfrentamiento con el danés Nicklas Bendtner, su teórico suplente en el ataque, a quien golpeó, provocando un corte en la nariz, tras una derrota de los gunners en la Carling Cup.
Después de una complicada y traumática salida del Arsenal rumbo a Manchester, el togolés se tomó cumplida venganza en un partido de la Premier League cuando, al anotar un tanto ante el conjunto de Arsène Wenger, corrió desde un fondo del estadio a otro para celebrar el gol ante la afición gunner. Le cayeron tres partidos de suspensión por incitar a la violencia. Además, en ese mismo encuentro demostró el rencor guardado hacia sus hasta hacía poco compañeros, a quienes entró con excesiva dureza durante los noventa minutos. Cesc Fábregas, con una herida en la rodilla y, sobre todo, Robin van Persie, a quien literalmente le pisó la cabeza, fueron los peor parados.
También con compañeros del City ha tenido más de un altercado, como lo demuestra la reciente pelea con su también amigo Kolo Touré en un entrenamiento, o los continuos cruces dialécticos con el entrenador que dejó de confiar en él, Roberto Mancini.
A eso se ha dedicado el bueno de Manolito en las últimas temporadas. Aún así, en el seno del club blanco existe la ilusión de que el togolés recupere su mejor versión, aquella que le llevó a ser la gran esperanza del Arsenal antes de dejarse seducir por los petrodólares del City.
Y no sería nada descartable. Nadie duda de la calidad futbolísitca de Adebayor; sí se ha puesto en tela de juicio, en cambio, su actitud. Pero quizá el delantero se emplee al más puro estilo estrella de la NBA que, conocedor de que puede ganarse un nuevo gran contrato para la próxima temporada, ya sea en el Madrid o en otro gran club europeo, va a dar lo máximo en los seis próximos meses para, una vez conseguido ese contratazo, volver a sus andanzas y vaguerías habituales. Y eso no le vendría mal al club de Chamartín.
Por el bien del Real Madrid y del fútbol español, esperemos que Adebayor cumpla la segunda opción, aunque con este chico nunca se sabe...