El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha declarado en una entrevista concedida a El Mundo que no es sostenible tener 8.000 ayuntamientos, 50 diputaciones y 17 parlamentos autonómicos, y que "devolver competencias al Gobierno central, llegado el caso", no sería "tan dramático".
Sobre esto, el político gallego ha añadido que espera que la Ley de Bases de Régimen Local inicie una "senda de fusión de ayuntamientos", ya que si estos se agrupan "pueden ser más útiles".
Núñez Feijóo ha dicho que en sus carteles no han desaparecido las siglas de su partido, y que lo que "sí podemos ver oculto de la campaña del PSOE es a los partidos nacionalistas e Izquierda Unida con los que gobernaría en un pentapartito si tuviese oportunidad". El popular se ha pronunciado sobre dos de sus rivales: Mario Conde y Pachi Vázquez. Del primero ha dicho que "no es el momento para aventureros políticos" y que "nunca es momento de considerar la política como un hobby"; del segundo ha dicho que no entiende la política "como un refugio", refiriéndose a que el socialista negoció entrar en el PP a la vez que en su partido actual, a principios de los 90.
En ABC, Feijóo ha dicho que "es evidente que el PSOE está partido en dos", y ha recordado que "los partidos de la oposición llevaban mucho tiempo pidiendo elecciones". "Cuando el lehendakari vasco convoca elecciones, el alcalde de Lugo –el socialista Xosé López Orozco- inmediatamente dice que hay que hacerlo en Galicia. Sin embargo, la otra parte del PSOE, el portavoz del grupo parlamentario y por tanto número dos, dice que no, que lo mejor es esperar para que haya primarias", ha explicado.
"Galicia paga y Cataluña pide"
Sobre Artur Mas, el presidente de la Xunta ha dicho que "Galicia paga y Cataluña pide" y que "nadie puede independizarse de la realidad". Para Núñez Feijóo, "una Cataluña independiente no es posible, ni política, ni financiera, ni económicamente", añadiendo que no puede convocar un referéndum independentista, porque "no se puede celebrar lo que es ilegal".
Refiriéndose al nacionalismo gallego, ha dicho que en los años en que los nacionalistas gobernaron junto a los socialistas implantaron "una política lingüística excluyente y la balanza económica se mantuvo en una posición templada", aunque, a diferencia de en Cataluña o en el País Vasco, "nosotros hemos mantenido siempre al nacionalismo en una posición minoritaria".
Además, el político gallego ha descartado –por ahora- que vaya a dar un salto a la política nacional. "Galicia es mi único objetivo político, y los gallegos lo decidirán el 21-O".