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El plan Torra: descontrol de los Mossos, huelga general, cortes viarios y marchas sobre Barcelona

Dimite el jefe político de los Mossos, el sindicato del terrorista Sastre convoca una huelga general para el 11 y la ANC prepara manifestaciones.

Dimite el jefe político de los Mossos, el sindicato del terrorista Sastre convoca una huelga general para el 11 y la ANC prepara manifestaciones.
El presidente de la Generalidad, Quim Torra, durante su intervención en un acto de JxCat. | EFE

Cataluña es un polvorín. Este martes se cumplen dos años del golpe de Estado separatista y los partidos y organizaciones independentistas están dispuestos a reventar Cataluña en respuesta a las sentencias del Tribunal Supremo. La Intersindical Confederación Sindical Catalana, el sindicato que dirige Carles Sastre, asesino del empresario José María Bultó y exmiembro de las bandas terroristas Epoca (Exèrcit Popular Català) y Terra Lliure, ya ha registrado la convocatoria de una huelga general -paro de país en la jerga separatista- para el viernes 11 de abril, fecha en la que el separatismo cree que se publicará el fallo del Tribunal Supremo.

La excusa es la derogación de la reforma laboral del PP y la subida del salario mínimo en Cataluña hasta los 1.200 euros. La Intersindical, sindicato mayoritario en la función pública de la Generalidad, pretende reproducir la protesta del 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum ilegal, para lo que cuenta con la complicidad de los partidos separatistas y los cargos políticos de las principales administraciones catalanas, desde la Generalidad hasta los ayuntamientos y diputaciones.

Al tiempo, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) se encargará de provocar el caos viario con marchas por las principales carreteras catalanas que durarán tres días y confluirán en Barcelona. La ANC quiere que las manifestaciones provoquen el colapso circulatorio en toda Cataluña. Las marchas se llevarán a cabo en coincidencia con la sentencia. Así y de momento, la ANC ha convocado para este martes 1 de octubre manifestaciones en las principales ciudades de Cataluña con el lema "Acabemos lo que comenzamos. Ganemos la independencia". Además, la organización separatista hará una marcha nocturna con antorchas que concluirá con un mitin frente a las instalaciones de la cárcel autonómica de Lledoners, donde están recluidos los golpistas presos.

Desarticulación de la célula terrorista

La desarticulación de una célula terrorista de los Comités de Defensa de la República (CDR) es el pretexto de las autoridades autonómicas y los partidos independentistas para calentar las vísperas de la sentencia. Dos años después del referéndum ilegal del 1-O, el ingreso en prisión por terrorismo de siete miembros de los CDR ha soliviantado al separatismo, que atribuye la "operación Judas" a un montaje judicial y político. Las revelaciones sobre los vínculos de Torra y Puigdemont con la célula han reafirmado a los separatistas en sus teorías sobre supuestos montajes mientras tensan la situación política con protestas frente a comisarías y casas cuartel. El Parlament se ha convertido en un ariete de la estrategia separatista que los CDR han trasladado frente a la instalaciones del Estado.

En paralelo, se anuncia la dimisión del jefe político de los Mossos, el director general del cuerpo, Andreu Joan Martínez, a pocas horas de que dé comienzo el programa de actos separatistas que comprometen gravemente el orden público en Cataluña.

Tensión en los Mossos

La situación en el seno del cuerpo policial autonómico es de máxima tensión. Los grupos separatistas organizados dentro de la policía de la Generalidad (Mossos per la República, Mossos per la Democràcia y Grup Guilleries) han mostrado su apoyo a los miembros del Equipo de Respuesta Táctica (ERT) de los CDR detenidos por terrorismo mientras los mandos de la Brigada Móvil (Brimo) y el Área Regional de Recursos Operativos (Arro) -los antidisturbios- actúan bajo un plan de contención similar al que aplicaron hace dos años con ocasión del golpe llevado a cabo por sus dirigentes políticos. En este caso, la operación Ágora es la operación Minerva, que consta de cuatro apartados: protección de las sedes judiciales (operativo Toga); de edificios del Estado como la delegación y subdelegaciones del Gobierno (Estadi); sedes de los partidos no separatistas (Forum) y despliegues preventivos (Atrium).

Al director general Martínez le sustituye Pere Ferrer, el jefe de gabinete del consejero de Interior, Miquel Buch, connotado por su fanatismo separatista y que ya se llevó por delante al comisario jefe de los Mossos, Miquel Esquius, por poner en tela de juicio la constitución de una guardia pretoriana para Quim Torra. Esquius fue sustituido por Eduard Sallent, de probada filiación nacionalista y que fue nombrado comisario pocos días antes de acceder al cargo.

En los últimos días también ha caído la jefa de prensa de los Mossos, la periodista Joana Vallés, a quien Buch acusó de "defectos de comunicación" por un contacto de los Mossos con los periodistas en los que se informó de que el cuerpo se había dotado de nuevo material antidisturbios como unos sprays de gas pimienta que provocaron duras críticas en colectivos independentistas como Arran, las juventudes de la CUP.

El abandono de Martínez a pocas horas del comienzo de los "festejos" separatistas por el segundo aniversario del golpe y la inminente publicación de la sentencia de los líderes golpistas agudiza el descontrol en los Mossos. La detención de los miembros de los CDR propició, por ejemplo, que el consejero Buch cancelara una reunión de los mandos de los Mossos con sus homólogos de la Policía Nacional y la Guardia Civil en lo que se interpretó como una respuesta política de la Generalidad a la operación de la Audiencia Nacional que está poniendo de relieve singulares vinculaciones de las autoridades y organismos autonómicos con los imputados por terrorismo.

Vinculaciones terroristas

Torra calla ante las declaraciones de los detenidos y el auto del juez Manuel García Castellón, la hermana del prófugo, Anna Puigdemont, niega que se reuniera con miembros de la célula desarticulada y el expresidente asegura que todo forma parte de una "guerra sucia judicial". ERC comienza a desmarcarse del apoyo a los CDR detenidos, aunque insiste en el eslogan de que la única violencia habida en Cataluña fue la ejercida por las fuerzas policiales en el 1-O. Mientras, las entidades y los CDR se disponen a ejecutar el plan otoño caliente con el que Torra y Puigdemont han amenazado durante meses en respuesta a las sentencias del Tribunal Supremo. Ha llegado el momentum del que no se ha cansado de hablar Torra, una movilización a la última moda, la de Hong-Kong, tras haber intentado las primaveras árabes y las plazas Maiden.

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