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6 razones por las que Kim Cattrall es insustituible en 'Sexo en Nueva York'

Las críticas llegan como cuchillos para Kim Cattrall después de que Warner Bros confirmara que no habrá tercera parte de Sexo en Nueva York. La actriz se negó a volver a interpretar su papel de Samantha Jones en 2016 y ahora ha tumbado la nueva película por su negativa. Muchos fans dicen sentirse defraudados, pero seamos sinceros, Sexo en Nueva York 3 es completamente prescindible.

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El productor de cine y televisión Ryan Murphy sugirió en una entrevista que, ante la negativa de Kim Cattrall de participar en la tercera parte de las películas de Sexo en Nueva York, una solución perfecta sería matar a su personaje o simplemente contratar a otra actriz. Pero lo cierto es que aunque a algunos fans les ha sentado fatal la negativa de Cattrall, Samantha Jones sólo hay una y es insustituible. 

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Las cuatro protagonistas, a pesar de ser mejores amigas, eran muy diferentes. Descarada, segura de sí misma, muy sexual y exitosa, el personaje de Samantha Jones fue el preferido de los espectadores a lo largo de toda la serie. Después de seis temporadas y dos películas, Samantha es totalmente necesaria para que la trama siga cobrando sentido. ¿Cambiar de actriz? Impensable.

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A pesar de ser una mujer de éxito, liberada y rodeada de hombres, en la vida real Cattrall cree en el matrimonio. En una entrevista desveló que interpretar a Samantha Jones le costó el primero. "Nunca estaba en casa. Nunca estaba ahí y mi esposo estaba solo y muy molesto, fue realmente duro". Según explicó, al final pasaba más tiempo con el equipo de la serie que con su propia familia. La actriz se casó con Mark Levinson en 1998 y poco después ella obtuvo el papel que le dio la fama internacional. Se separaron en 2004.

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A pesar de que millones de personas siguieron el éxito de Sexo en Nueva York cuando estuvo en emisión, los tiempos han cambiado y Cattrall es consciente de ello. En junio de 2016, cuando ya empezaron los rumores sobe una tercera parte para el cine, además de negarlo, la actriz reconoció que no era el mejor momento para que seguir estirando una trama tan frívola. "No es momento para tener a cuatro mujeres hablando de compras y gastando en zapatos más de 400 dólares cuando la gente tiene problemas para poner comida sobre la mesa. Eso no quiere decir que no necesitemos esto, pero creo que el péndulo se balancea en una dirección diferente", explicó al diario Daily Record.

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Sexo en Nueva York: La película, vio la luz en 2008, cuatro años después de finalizar la serie. La secuela llegó en 2010 y la crítica no salvó ninguna de las dos, más bien se cebó con ellas sin piedad. Estirar la saga quizás no sea la mejor opción, sobre todo porque ya no tiene mucho más que ofrecer. La segunda entrega fue un fracaso en taquilla y fue premiada en los Razzie, los premios para los peores trabajos cinematográficos. ¿Por qué seguir rizando el rizo? 

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Como productora de la serie y las películas, Sarah Jessica Parker siempre cobró más que sus compañeras. La actriz expresó públicamente sobre lo injusto de la abismal diferencia entre sueldos, que en la segunda película ascendió a 15 millones de dólares. "No espero que nos paguen lo mismo que pagan a Sarah, pero siento que lo que nos ofrecen no hace justicia a todo lo que hemos dado a esta serie. Y no me callaré al respecto. Luché y me dejé la piel en esta serie y no quiero estar en un rodaje donde no me siento valorada".  

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Aunque siempre se ha visto a Kim Cattrall como la mala de la película y la culpable de los malos rollos en el set de rodaje, su eterna enemiga Sara Jessica tampoco ponía fáciles las cosas.

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La actriz quiso zanjar la polémica en Twitter después de que le llovieran las críticas. "La respuesta siempre ha sido no, un respetuoso y firme no. Nunca he pedido más dinero, no he pedido otros proyectos. Que me juzguen como una diva es absolutamente ridículo.

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