Muhammad Darwish Amara no es precisamente un civil palestino completamente inocente, al menos según las autoridades israelíes es miembro Yihad Islámica en Gaza, pero aun así en un interrogatorio con responsables de seguridad de Israel exponía como tratan los de Hamá a la población en Gaza, incluso a los que pertenecen a otras bandas armadas.
Así, cuenta como hasta veinte terroristas de Hamás ocuparon su propio apartamento en Gaza: "Le dije al chico que fuese a ver que todo estaba bien en la casa y había un francotirador junto a la ventana y más terroristas en la otra habitación, mi hijo me dijo que había más de veinte personas", cuenta.
En otro momento explica lo que a alguien "que tenemos en el norte, de la familia Algero" vivió con un miembro Hamás una situación aún más escalofriante: se lo encontró enterrando unos explosivos en la puerta de su casa. Increpado por el civil, la respuesta del terrorista fue tajante: "Vete de aquí, esto no es asunto tuyo".
La discusión subió de tono, pero el de Hamás la concluyó de una forma contundente: "Los voy a dejar aunque no te guste y si insistes los pondré pegados entre tú y tu mujer". Entonces sacó una pistola y le disparó en la pierna, siempre según la narración de los hecho que hace el terrorista de la Yihad durante su interrogatorio.
El mismo hombre contaba también que su propio primo había intentado instalar "artillería" desde un solar del que comparten la propiedad pero que está junto delante de sus casa: "Quiere disparar desde el solar y yo tengo a mis niños en casa, ¿cómo quiere disparar desde aquí?", se preguntaba, "si les responden con un cohete adiós a la casa y a los niños".
Civiles en el hospital y terroristas en el sótano
El segundo testimonio es el de Zohadi Ali Zahadi Shahin, quién según las autoridades israelíes es un miembro de Hamás integrado en el batallón Shati, aunque en los interrogatorios él se presenta como un civil inocente.
De una u otra forma, lo que es innegable es que desvela algunas de las estrategias de la organización para servirse de la población de Gaza como escudos humanos. Para empezar como a muchos gazatíes se les impidió ir a las zonas más seguras del sur de la Franja, tal y como Israel había pedido a los civiles.
"Nadie va a ir al sur, hay bombas y está prohibido para todo el mundo ir al sur o salir a la calle" cuenta el presunto terrorista que los de Hamás decían a la población. También explica cómo a muchas de esas personas a las que se impedía huir de los bombardeos en el norte de Gaza se les obligó a instalarse en el hospital Al Shifa, cuyos sótanos estaban llenos de terroristas que, según el relato del detenido, en cuanto llegó el ejército israelí subieron a las plantas superiores para confundirse con los civiles.


