Tres días después de ganar las elecciones en Andalucía, pero sin mayoría absoluta, Javier Arenas desembarcó en Madrid para entonar el aquí estoy yo y confirmar su intención de intensificar su presencia tanto en el Senado, donde tiene escaño, como en la estructura nacional del Partido Popular, relanzando su cargo de vicesecretario general.
A la espera de que Mariano Rajoy aterrice procedente de Seúl y puedan mantener una reunión para poder hablar, ya con los ánimos más templados, sobre lo ocurrido el 25-M, Arenas se citó con Juan José Matarí y Manuel Cobo, secretarios ejecutivos de política autonómica y local del PP respectivamente, adscritos a su área. A ellos les confirmó que aumentará su presencia en Génova, donde muchos sectores se declaran abiertamente afines al líder autonómico.
Este primer movimiento de acercamiento a Madrid no viene sino a corroborar las dudas que existen sobre su continuidad al frente del PP de andaluz. Según fuentes autorizadas, "a día de hoy" seguirá liderando el partido, a la espera de que se celebre el congreso regional, que podría fecharse para antes de verano (junio o julio) o ya para el mes de septiembre. Arenas deja abierta todas las puertas tanto a presentarse, como a dejar vía libre a otra candidatura.
De momento, los ocho líderes de las distintas provincias de Andalucía le juraron lealtad en un almuerzo que mantuvieron el lunes en Sevilla. Dicho respaldo quedó de manifiesto un día después, en el transcurso del Comité Ejecutivo que se celebró en Córdoba. Arenas les aseguró que continuará, poniendo como punto de inflexión el citado congreso.
Lo que también se empiezan a analizar son las razones de que no se lograran los resultados esperados. En un primer informe interno, el PP achaca el fracaso electoral -entendiéndose por tal el no haber alcanzado los 55 escaños que le habrían dado la mayoría suficiente- al triunfalismo consecuencia de los sondeos publicados en los medios de comunicación así como al mensaje del miedo que caló en buena parte de la ciudadanía por las reformas emprendidas, en especial la que afecta al mercado laboral. El candidato queda liberado de la autocrítica.
De igual forma, una vez realizado un primer análisis del escrutinio, volvió a quedar de manifiesto que el PP pinchó, una vez más, en los municipios de menos de 15.000 habitantes, cosechando buenos resultados en las capitales. De ahí que, antes de marcharse -como se da casi por hecho-, Arenas promoverá una purga en las estructuras de estas localidades al comprobar que no han cumplido con las expectativas. Una "renovación total", en voz de las citadas fuentes, que tendrá una primera visualización en el cónclave autonómico.
Mientras, Arenas sigue ejerciendo de líder de la primera fuerza política de Andalucía. Este mismo miércoles, envió sendas misivas a José Antonio Griñán y Diego Valderas para proponer un acuerdo de gobernabilidad, al primero, y de estabilidad institucional, al segundo. En el PP aseguran que les conviene que IU no entre en el Ejecutivo, porque así los socialistas se verán entre la espada y la pared en casos como los ERE fraudulentos.
El líder andaluz terminó de redactar dichas cartas en su despacho del Senado. Su entorno asegura que cuenta con el respaldo total del presidente del Gobierno, con el que habla casi a diario. Ambos se han apoyado en los momentos más complicados de su carrera política, como el que está por venir. Andalucía es "un toro" que pocos, o nadie, quieren torear, salvo Arenas. Pero el influyente político ya ha puesto el pie en Madrid, con ganas de estar más. Los siguientes pasos se antojan decisivos, con las vistas puestas en el congreso regional.