Francisco Múgica Garmendia, alias “Pakito”, nunca ha disparado el gatillo contra alguien, al menos no se ha acreditado. Tampoco ha secuestrado a nadie. No ha amenazado, ni coaccionado. No ha lanzado ni un solo cóctel molotov. No se le han encontrado explosivos. Tampoco consta que haya dado alojamiento a otros miembros de ETA. No ha provocado incendios... y sin embargo arrastra ya más de cien años de condena por su pertenencia a banda armada y su papel inductor en numerosos atentados. El fiscal Eduardo Fungairiño le describió en el juicio por el asesinato de Carmen Tagle como el prototipo de dirigente de la banda terrorista, que consiguen perpetrar crueles atentados “sin mancharse las manos de sangre”.
Este martes, la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha acordado la libertad de Elena Beloki con un auto muy cuestionable. Dice la Sala que la integración en banda terrorista (delito atribuido a Beloki) es grave pero no lo suficiente como para justificar la prisión preventiva porque Beloki no ha cometido otros delitos como asesinatos, secuestros, estragos... sus actividades en el ministerio de asuntos exteriores de ETA no encajan como delitos de terrorismo, según los jueces. Los magistrados argumentan también que la dirigente abertzale no se va a fugar porque fue ella misma quien se presentó ante Garzón; es cierto, pero lo hizo ante la amenaza de una orden internacional de busca y captura.
En su auto de libertad bajo fianza, el ponente Juan José López Ortega explica que Beloki ya no puede destruir pruebas. Además, este juez considera que la integrante de Xaki ya no va a reincidir: “Buena parte de su actividad delictiva se habría desarrollado –dice López Ortega- fuera de España, la necesidad de obtener la autorización del juez para ausentarse del territorio nacional constituye un medio eficaz para impedir la comisión de nuevos delitos”.
¿Y si ahora Elena Beloki abandona España sin esa autorización judicial? ¿Cuántos integrantes de ETA permanecen ahora en las cárceles sin haber disparado nunca el gatillo? ¿Cómo queda ahora toda la investigación del aparato internacional de ETA? Que se lo pregunten a Garzón y a los fiscales de la Audiencia Nacional, que este martes estaban muy contentos.
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