No ha pasado mucho tiempo desde el éxito de la cacería de Nicolás Redondo para que se vea todo el calado de la operación, que no es otro que terminar con Rodríguez Zapatero, sentenciado en el rencoroso diálogo entre Cebrián y González o cualquier tiempo pasado fue mejor. La operación Solana es el sueño permanente del grupo Prisa. Lo de la alcaldía de Madrid, más que un globo sonda, es empezar a poner en circulación el nombre de míster pesc para la candidatura a la presidencia del Gobierno. Llamativo es que lo lance la FSM inmediatamente después del Congreso del Partido Popular y el anuncio en firme de José María Aznar de su retirada. El proceso de sucesión de los populares tiene un componente de trampa para los intereses del partido, y aunque Solana no parece un hombre para entusiasmar, ni a la izquierda –por fiel ordenanza de los Estados Unidos–, ni al centro, ni a la derecha, sí debe ser el hombre ideal para Polanco en sus sueños monopolísticos y liberticidas, aunque sea a costa de destruir España y la convivencia común.
Zapatero puede ver hasta qué punto ha andado errado no respaldando sin fisuras a Nicolás Redondo. El programa de Prisa en marcha es suplantar al partido socialista, a cambio de llevar a Felipe González en procesión como Juana la Loca hizo con Felipe el hermoso, aunque en este caso, incluso físicamente, se le nota la crispación del resentimiento. Zapatero le sobra a Prisa. Polanco quiere al PSOE de nuevo en el poder, ya, con el PNV, con el Bloque y con Batasuna, si es preciso. Es el esquema de Mario Conde perfeccionado y a través de persona interpuesta. Lo que conseguirán será destrozar al partido socialista, llevándose por delante a “Sosoman”.
Todos los derechos reservados
!-->