En ambos hemisferios cambiamos de estación, en uno del invierno pasamos a la primavera y en otro del verano al otoño. Estos cambios traen consigo una serie de procesos patológicos siendo uno de los más frecuentes, tanto en hombres como en mujeres, las infecciones urinarias.
Por lo general, estas infecciones son de origen bacteriano, afectando a distintas partes del aparato genitourinario. Por ejemplo, en el riñón se originan pielonefritis y otras infecciones renales y en la vejiga las llamadas cistitis o infecciones vesicales. En los uréteres, en cambio, no suele haber infecciones bacterianas. Por último, las que afectan a la uretra se las conoce como uretritis, que es más frecuente en la mujer, ya que su uretra es más corta que la de los hombres y además está más cerca del ano.
Son muchas las bacterias –Proteus, Escherichia Coli, etc.– causantes de estos procesos. La infección origina unos síntomas que para los médicos es fácil diagnosticar a primera vista: escalofríos, fiebre alta, escozor al orinar, etc. Al principio debemos tomar medidas para un diagnostico preciso tales como no dar ningún antibiótico ni sulfamida que nos impida conocer el tipo de infección y su terapéutica, para lo cual lo primero que hacemos es mandar hacer un análisis de orina con cultivo y antibiograma. ¿Y debemos esperar el resultado? Pues no, ya que una vez tomada la muestra podemos recetar un antibiótico de amplio espectro mientras esperamos el resultado para poder saber cuál es el antibiótico más efectivo. También recomendaremos beber mucha agua, sobre todo mineral; en España tenemos muchas pero siempre recomendamos Solán de Cabras que es muy efectiva en estos casos.
En estos casos existe la posibilidad de que esa infección urinaria haya podido ser causada por un cálculo renal. Por ello, una vez que ha pasado el episodio de la infección debemos estudiar la posibilidad de un cálculo mediante el diagnostico por imagen.
Como consejo final debemos tener cuidado en las piscinas y en el mar y secarnos siempre al salir, ya que la humedad es una fuente de desarrollo bacteriano.