Dice el historiador César Vidal:
... la diócesis de Roma en términos estrictamente históricos era bien diferente de los desarrollos teológicos que comenzarían con posterioridad
En el siglo II -no en el III, ni en el IV, ni en el X, ni en el XVI, ni en el XIX- San Ireneo de Lyon escribió lo siguiente:
Pero como sería demasiado largo enumerar las sucesiones de todas las Iglesias en este volumen, indicaremos sobre todo las de las más antiguas y de todos conocidas, la de la Iglesia fundada y constituida en Roma por los dos gloriosísimos Apóstoles Pedro y Pablo, la que desde los Apóstoles conserva la Tradición y «la fe anunciada» (Rom 1,8) a los hombres por los sucesores de los Apóstoles que llegan hasta nosotros. Así confundimos a todos aquellos que de un modo o de otro, o por agradarse a sí mismos o por vanagloria o por ceguera o por una falsa opinión, acumulan falsos conocimientos...
Hasta ahí ya va la cosa clara. Pero lean ustedes bien la siguiente frase. Primero en latín:
Ad hanc enim ecclesiam propter potentiorem principalitatem necesse est omnem convenire ecclesiam, hoc est omnes qui sunt undique fideles, in qua semper ab his qui sunt undique, conservata est ea quae est ab apostolis traditio
Traducción:
Porque, a causa de su caudillaje más eficaz, es preciso que concuerden con esta Iglesia todas las Iglesias, es decir, los fieles que están en todas partes, ya que en ella se ha conservado siempre la tradición apostólica por los (fieles) que están en todas partes.
Repito. Eso no fue escrito en el siglo IV, ni el XIX, ni el XIX. Fue en pleno siglo II.
Luis Fernando Pérez,
Director de InfoCatólica
Dice el historiador César Vidal:
Para remate, antes de que concluyera el siglo IV, el papa Liberio (352-366) había incurrido en herejía.
Falso de toda falsedad. La verdad histórica es la siguiente:
Liberio fue elegido Papa en una época en que el arrianismo controlaba Oriente y el emperador Constancio II era también arriano y pretendía forzar a todos los obispos católicos para que se convirtieran a esa herejía que negaba la plena divinidad del Hijo y su consubstancialidad con el Padre.
Como quiera que Liberio no estaba dispuesto a someterse libremente a las disposiciones del emperador, éste decidió llevarlo por la fuerza a Milán y más tarde, ante la persistente negativa de Liberio, lo desterró a Berea. En su ausencia de Roma, Félix fue elegido obispo de la ciudad por tres obispos arrianos, lo cual provocó un levantamiento popular que provocó una especie de guerra civil en la ciudad.
En ese estado de las cosas, Liberio acabó cediendo a las presiones de quienes le tenían secuestrado y aceptó la condena de Atanasio así como el credo de Sirmio, el cual no era arriano pero sí era bastante ambiguo.
Precisamente acabaron por llevarle a Sirmio donde hizo algo muy curioso: negó el símbolo niceno a la misma vez que declaraba que el Hijo era como el Padre en ser y en todo -o sea, la fe trinitaria-.
Cuando volvió a Roma, la población de la ciudad le recibió con grandes aclamaciones -"un Dios, un Cristo, un Obispo"- y Félix tuvo que salir zumbando de la ciudad.
Ahora bien, ¿se puede saber en qué se basan aquellos que dicen que Liberio fue hereje? Se le podría haber acusado de no tener la suficiente entereza para mantener su posición en medio de la persecución a la que estaba siendo sometido, pero nunca de ser hereje.
Luis Fernando Pérez,
Director de InfoCatólica
Serguei:
Es de mal gusto aplaudir uno mismo sus obras. Dejelo para la critica. Conmigo no cuente ni para apludir ni para criticar; hace semanas que no leo sus nuevos panfletos. Creo que mi cupo de lectura infantil ya lo he sobrepasado hace tiempo con usted.
Sencillamente magistral. Magistral. MAGISTRAL!!! Escocerá a muchos, pero es como lo de Federico con el Rey una verdad como un templo que cuesta persecuciones y ostracismos, pero que, tarde o temprano, todos los que conservan un poco de raciocinio acaban por ver y asumir. No creo exagerar si digo que desde la España invertebrada nadie ha tocado mejor el problema de España que don César en esta serie. Con una diferencia, don César es mucho más serio, riguroso y documentado que Ortega. PS: Un día de éstos supongo que nos contarán los entresijos del desprecio papal hacia los disidentes cubanos o las cuentas de la JMJ.
El papa es heredero del emperador de Roma y no de Pedro, que ni siquiera estuvo en Roma (una tradición, además sostenida por apócrifos de los que el propio se avergüenza). Y lo que es peor, heredero de los últimos y decadentes emperadores, que sólo invadían y se comían países con el ánimo de dominarlos, sin civilizarlos, sólo ser dominadores para tener más poder interno. Así ha hecho siempre el papismo: como dice Goethe en el Fausto, siempre se ha comido muchos países sin indigestarse...
La iglesia papista, como demuestra con genialidad don César, sólo ha querido dominar cual mafioso su imperio, sin respetar su integridad. Y no sólo la misma Italia, pensemos en lo que hizo la iglesia al Imperio Franco o al Sacro Germánico, dividiendo su territorio para evitar que les desafiara. Y justamente aquí lo vemos con los partidos nacionalistas, inclusive el partido marianista, cuyos "democristianos" (papistas demagogos) no quieren acabar con las autonomías, sino justamente perpetuarlas hasta hundir a España. Detrás, no cabe duda, una estrategia del propio hereje de Roma para hundir a España y apoderarse de su masa aborregada. No en vano ha visitado más que ningún otro sitio en España. Hace poco lo veíamos abrazado a Castro: venderse a Satanás a cambio de extender su franquicia.
Viva España, abajo las autonosuyas y viva Cristo.
Bendiciones a los cristianos auténticos, que aumente su gracia, reconfortados de Espíritu.
¡No, por Dios, no! De nuevo ese terrorífico: "Continuará..."
¿Qué será lo siguiente? ¿Los niños que se disparan en el pie lo hacen por la Contrarreforma? ¿Mourinho no hace declaraciones por su acendrado catolicismo? ¿En los países que abrazaron la Reforma no hay sequía y llueva a mares en primavera?
Y el grupito de cheerleaders haciendo guardia permanente para lanzarse de madrugada a (auto)jalear y (auto)aplaudir cual adolescente histérica ante los gallos y desafinos de su ídolo juvenil.
Un poquito de pudor no estaría mal, que ya tenemos todos una edad como para según qué cosas.