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EDITORIAL

La corrupción bajo la alfombra secesionista

Los nacionalistas no dejarán de utilizar la bandera de Cataluña para seguir ocultando sus desmanes.

Las entrevistas semiclandestinas que están manteniendo el presidente de la Generalidad y el líder de ERC no parece que estén dando resultado alguno. Mas y Junqueras se muestran incapaces de ponerse de acuerdo, no ya en una lista única, tal y como pretendía la hoja de ruta anunciada por el primero tras la celebración del 9-N, sino siquiera para ir en listas separadas pero dejando que la candidatura del actual presidente autonómico sea la que concentre los apoyos de la sociedad civil. Así lo explicaron a la prensa fuentes conocedoras de la reunión que se celebró este lunes en el Palacio de la Generalidad, que duró más de dos horas y que, como las anteriores, finalizó sin acuerdo.

Es evidente que Mas, cada vez más solo y en manos de ERC, ha ido rebajando sus exigencias de lista única o lista país hasta ofrecer lo que considera una propuesta intermedia entre su proyecto inicial, una lista única soberanista liderada por él y con la presencia de independientes, y la propuesta lanzada por Junqueras, que pidió listas separadas con sólo una parte del programa en común. Con todo, no menos evidente resulta el sentido patrimonial que el presidente de la Generalidad tiene de la supuesta sociedad civil catalana: si estas organizaciones no fueran, en realidad, meros apéndices del poder político, serían las que decidieran libremente a qué lista o a qué candidatura apoyar.

Que dichas organizaciones supuestamente independientes se presten a ser objeto de intercambio de cromos entre Mas y Junqueras dice todo de hasta qué punto está debilitada y corrompida esa mal llamada sociedad civil.

Las negociaciones están sirviendo a los secesionistas de tapadera para ocultar los gravísimos casos de corrupción que les aquejan. Así, tal y como publicaba este martes el diario El Mundo, la juez que investiga a Oriol Pujol le acusa de nuevos delitos de cohecho por poner en contacto a varios empresarios con Artur Mas. Según el auto, "facilitó el acceso al presidente de la Generalidad y a altos cargos de Industria, así como al director de la Agencia Tributaria; coordinó reuniones y llamadas (…) e incluso fijó la estrategia de comunicación". La mujer de Pujol Ferrusola habría cobrado cerca de 700.000 euros a través de una empresa pantalla en distintos negocios realizados con el empresario investigado.

Pues bien. A pesar de la gravedad de la noticia, y a pesar de que le afecta de forma directa, Artur Mas no ha hecho la menor declaración al respecto, mientras que no pocos medios de comunicación fijan la atención únicamente en las negociaciones electorales entre CiU y ERC.

No se sabe si esas negociaciones llegarán a buen puerto, ni si habrá o no adelanto electoral. Lo que es seguro es que los nacionalistas no dejarán de utilizar la bandera de Cataluña para seguir ocultando sus desmanes.

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